El Convento
de San Francisco de Valladolid, parte III
Sacristía, Resacristía y Capillas de la Iglesia Conventual
Uno que a veces le da por esto de Valladolid y lo antiguo, su historia, cultura, tradiciones y su patrimonio, etc, pues un buen día pensé en realizar a vuela pluma una especia de croquis o mapa del convento siguiendo la descripción de María Antonia Fernández del Hoyo y del plano de 1830.
Su portada
poseía un gran pórtico por el que se accedía al templo.
Nada más
entrar, el vallisoletano de mediados del siglo XVII, por poner un ejemplo, se
encontraría con la pila del agua bendita, se santiguaría y acto seguido, a su
izquierda, contemplaría la capilla de San Carlos Borromeo y Santa Catalina y a
su derecha la de San Antonio el Pobre o de “Los
Cañedos”, si levantaba la vista a
lo alto tendría el coro, cuya sillería no vería desde su posición; pero que
hoy, afortunadamente, nosotros podemos contemplarla, pues se encuentra ubicada
en la capilla del Colegio de San Gregorio (M.N.E.), y de frente se encontraría
con la capilla del Santo Cristo…
Pero, en fin,
haciendo un recuento de todas ellas y por dar unas pinceladas breves, diremos
que la primera capilla del lado del Evangelio, próxima al altar, era:
1.-La Capilla de la Inmaculada o de los Rivera:
Estaba dentro
de la Capilla Mayor, tenía como advocación principal una Inmaculada Concepción,
obra de Francisco Rincón, y fue dorada y estofada en 1628 por Pedro Nevado.
Era una capilla
alta con bóveda alta de crucería; tenía dos accesos, uno daba a la capilla
mayor a través de un arco grande y por otro a la Sacristía, a través de una
cristalera.
Se decía de
también de los Rivera pues la fundó un tal Andrés de Rivera, que fue alcaide de
Burgos, aquí fue enterrado, bajo una imagen que había de la Virgen de los
Remedios.
Tuvo otro altar
dedicado a San Francisco de la Parrilla, conocido como San Francisco de San
Miguel, fue hijo del monasterio y años más tarde fue martirizado en el Japón.
Esta escultura del santo estuvo en su altar hasta 1647, año en que fue llevada
a la Nave de Santa Juana, parece ser que salió del taller de Gregorio
Fernández, así lo afirmaba M de Sobremonte, pero lamentablemente está
desaparecida. Esta capilla posteriormente cambió de advocación y pasó a
denominarse:
2. Capilla de Nuestra Señora de Copacabana:
La capilla
anterior se remodeló por completo entre 1676 y 1679, y se llamó así porque el
que costeó la reforma de la capilla, fray Hernando de la Rúa, trajo de Nueva
España, donde era comisario general de esta provincia, una imagen con este nombre,
la Virgen de Copacabana, colocándose en su retablo.
También se
cambió hasta la piedra y tuvo otros cuatro retablos nuevos con las imágenes de San
Buenaventura, San José, Santa Teresa de Jesús y San Pedro Regalado.
En 1721 se
ubicaría el Cristo de ágata, enviado desde Madrid y en 1740 un Niño Jesús que unos hermanos de la
orden, trajeron desde Belén, para asistir a capítulo.
3.-Capilla de San Antonio de Padua o “el rico”,
también conocida como de la Concepción o de Santa Ana:
Era la primera
capilla fuera del ámbito de la capilla mayor y detrás de la reja. Fue fundada por Luis de Morales,
tesorero del Rey Juan II de Castilla. Fue vendida por sus propietarios en 1646
a la cofradía de los sastres por 400 ducados.
Tenía una
escultura de San Antonio de Padua, conocida como “San Antonio el Rico”, nombre
que se le dio para diferenciarla de la que estaba en la capilla de al lado y
que se la conocía como “San Antonio el pobre”. Era de procedencia italiana,
pues vino de Florencia y fue donada a la cofradía.
4.- Capilla de San Francisco, o de San Mancio:
Era una capilla
muy pequeña y oscura con reja de madera, perteneció a Ruy Pérez de Agraz. Fue
una capilla muy relacionada con él
Hospital de Esgueva.
5.-Capilla de San Carlos Borromeo y Santa Catalina o
de los Hermosilla.
Eran dos capillas adosadas y contiguas. A la de San
Carlos no se accedía desde la propia Iglesia sino desde un patio que estaba
al lado.
Así la describió Matías de Sobremonte: “Situada más adentro de la capilla de San
Mancio y de un tránsito que va desde la de Santa Catalina a la de San Antonio, …
era como la recapilla de Santa Catalina…llamada
de los Hermosilla”
La de Santa Catalina, según este franciscano,
era la más elegante, moderna y majestuosas de la Iglesia conventual. Con dos
arcos que daban a la nave central del templo; posiblemente sea la capilla de
los linajes, de la que hay un grabado, pues aquí se enterraron las familias más ilustres y nobles de Valladolid
(Leyvas, Zárates, Navas, Veneros…).
Capilla de los Linajes, dibujo de Valentín Carderera, pocos años antes de ser derribado el convento |
Era la primera capilla que estaba a la izquierda, nada
más entrar en el templo, tenía tres puertas, una cerca de la pila del agua
bendita, otra nada más entrar a la iglesia y la tercera se comunicaba con la
nave central.
El patrón era don Carlos Venero y Leyva, capellán de Felipe
III, que costeó reparaciones y obras, adecentó la portada de la capilla, quitó
una reja de madera y la sustituyó por una de hierro bien labrado. Y pagó un
retablo de Santa Catalina, al parecer muy rico en oro, por 600 ducados.
Aquí estuvieron colocados los bultos funerarios,
realizados por Francisco Rincón, de la familia Venero-Leyva, hoy ubicados en la
Catedral de Valladolid. Se llevaron allí antes de la destrucción del Convento,
así como la imagen de Santa Catalina, (hoy en la capilla del Sagrario de la
Catedral), un Cristo Crucificado, un San Juan y una imagen de Nuestra Señora.
Capilla de San Antonio el Pobre o de los Cañedos.
Ubicada debajo del Coro, anteriormente estuvieron ahí
las capillas de San Antonio y la Trinidad. Tenía reja y puerta que daba al
pórtico de la Iglesia
Capilla de Santa Ana:
Bultos funerarios de la familia Venero Leyva, hoy en la Catedral de Valladolid, anteriormente en la capilla de Santa Catalina del Cto. de San Francisco. |
Sacristía, Lavatorios y Capilla de los Leones:
La realiza Gaspar Martínez en 1574, en un espacio que había
entra la calle Olleros, la capilla de los Leones y la capilla Mayor. Era una sala
rectangular de 16 m. de largo por 7 m. de ancho y tenía una altura nada
desdeñable para ser una sacristía, nada menos que 12 metros. Con cubrición
gótica de bella factura
Con la capilla de los Leones se comunicaba por medio de
unas pilastras al estilo romano, pero que se cerraban con bóvedas de crucería.
Al lado se construyeron los lavatorios.
En un inventario de 1809 la sacristía disponía de cinco
espejos y pinturas diversas que representaban a San Bernardino, San Pedro Regalado,
el Descendimiento, la Purísima Concepción, el Paso de los Azotes, San Joaquín y
tres Papas y varios cuadros más (San Miguel, San Juan, La Asunción…)
Resacristía , o Capilla de San Bernardino:
Y es que desempeñaba esta función, por eso la nombra así
Matías de Sobremonte. Se comunicaba con la Capilla Mayor por una puerta con
bóveda que estaba debajo del Altar Mayor
Tomás de Prado, alcalde de la Cofradía de la Piedad,
doró y estofó la reja, el retablo y la imagen de San Bernardino en 1619, la
cual fue hecha por Pedro de la Cuadra. Aunque quien dispuso de esta capilla fue
la Cofradía de los Mercaderes para sus cultos y celebraciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario