viernes, 20 de enero de 2012

Un viaje sin retorno: La reja del coro de la Catedral de Valladolid.






El coro estuvo cerrado por una buena reja costeada por el obispo de Valladolid Isidro Cosío y Bustamante, que se empezó a colocar en octubre de 1763 y quedó instalada en diciembre de ese mismo año. Se terminó de dorar en agosto de 1764, por doradores segovianos.


En el centro del segundo cuerpo colocó el Cabildo el escudo de armas del obispo Bustamante, en homenaje y agradecimiento a su donación. Llevaba la leyenda:
"Esta reja y rallar las dio el Ilmo. Sr. Don Isidro Cosío, obispo que fue de esta ciudad."

La reja fue ejecutada en talleres de Elgóibar. Se le atribuye a Rafael de Amezua.



La obra llegó por partes a Valladolid en cuya catedral fueron montadas y asentadas entre octubre y diciembre de 1763.

El Cabildo invitó a los artífices a un ágape, lo que entonces se llamaba guantes para refrescar. En En 1928, con la remodelación hecha en la catedral, la sillería del coro volvió al altar mayor y se construyó una tribuna alta a los pies donde se ubicó el órgano. Por motivos económicos, por la necesidad de seguir haciendo obras, el Cabildo vendió la reja , que fue a parar a la Fundación Hearst. Esta fundación la donó en 1956 al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, donde se puede hoy en día contemplar.
Tiene 3 puertas, 9 calles y 3 pisos. El coronamiento tiene ornamentación de espirales, óvalos y jarrones. En el museo americano se ubicó seriamente mutilada y desvirtuada. Fueron eliminados seis balaustres del total de que constaba y no fue incluido el escudo del Obispo que estaba sobre la puerta.


Cuando se interesó el Museo neoyorkino por ella, era con la intención de canjearla por el ábside de la arruinada iglesia de S. Martin de Fuentidueña en Segovia. Incluyeron en el canje, los paneles de S. Baudelio de Berlanga y un cuadro del Greco . Al final las autoridades españolas seleccionaron las pinturas sorianas y la reja perdió la oportunidad de volver a España.

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