martes, 31 de enero de 2012

La procesión y el acto del "Miserere".






La procesión y celebración del Miserere, era un acto litúrgico, también llamado “Función Litúrgica o de Iglesia” que la Cofradía de la Piedad realizaba todos los Viernes de Cuaresma, y que a veces prolongaba a todos los Viernes del año. Primero lo llevó a cabo en el interior del Convento Mercedario, lo realizaba por los alrededores del claustro. Posteriormente, ya en su Iglesia penitencial lo efectuaba alrededor de las capillas laterales que daban forma al templo.

Se solía preparar en la capilla de Santiago, que la Piedad tenía en su templo. O al menos así se comprueba a lo largo de sus cabildos. Era un acto muy tradicional, distintivo y común dentro de la Hermandad, que consistía en el rezo, por 6 veces y en latín del Salmo 50. (Salmo de la Biblia que fue compuesto por el rey David para pedir perdón por sus pecados y que comienza con esta palabra).


Durante rezo y rezo, se oraba y se cantaban letanías y salmos. Como hemos dicho se hacía en forma de procesión por el interior del templo, era preparado por el Mayordomo de Iglesia, el cual asignaba al oficial de la cofradía que lo solicitaba la preparación de un “Miserere”. Se terminaba este acto siempre con rezos a la Virgen de la Soledad y 4 Salves a su titular de Nª Sª de la Piedad.


“1º y 2º Misereres: los señores Alcaldes.

3º Miserere: Sr. Pedro Gonz y 3 mas.

4º Miserere: Gaspar Diez.

5º Miserere: Marcos de Porras.

6º Miserere: FranciscoDiez.

La Soledad de Nª Sª: Josseph de Rueda.

1ª Salbe: Antonio Perez.

2ª Salbe: Pedro Dominguez de Vargas.

3ª Salbe: Barme Rodriguez.

4ª Salbe: Melchor Martinez

En la Capilla de Santiago desta cofradia y en dha conformidad se iço dhos cantos y disposicion de procesion y repartimiento de misereres…” (Cabildo Marzo de 1.688).


Actualmente hay cofradías en España que celebran este acto, hacen una ceremonia religiosa en el que se canta este salmo, como alguna de Murcia, la conocida como los Marrajos, la de Jesús Nazareno de Lucena o la Vera Cruz de Baena. Son sólo algunos ejemplos, aunque no tienen la misma estructura que el que celebraba la Piedad en el siglo XVII.




También la Hermandad del Yacente de Zamora incorporó, pero ya dentro de la Semana Santa y hacia 1951 el rezo y canto del Miserere, que con el tiempo se ha convertido en uno de los momentos cumbres y mas emotivos de la semana de pasión zamorana.

La Cofradía de la Piedad tiene otro elemento más a la hora de conocer su pasado y valorar y apreciar su historia.

jueves, 26 de enero de 2012

El Hospital de la Piedad: "La obra de Caridad"







EL HOSPITAL DE CONVALENCIENTES DE Nª Sª DE LA PIEDAD:

(Foto: ruinas en un solar de la calle Duque de Lerma, posiblemente donde estuvo ubicado dicho hospital)



La Cofradía, casi desde el principio de su fundación, mantuvo una estrecha relación con la labor de caridad y asistencial que debía desempeñar. Era preceptivo realizarla, estaba muy presente en su vida de hermandad, y recogida en la Regla por la que se regía la cofradía.

Cuando se fundan las cofradías penitenciales, todas tienen muy presente 2 puntos básicos y fundamentales: la penitencia y la disciplina por un lado y labor caritativa y de ayuda por otro. No se concebía de otra forma el día a día de las hermandades sin esta forma de actuar.

La Piedad a partir de 1578 tuvo un auge considerable, ya no sólo por el aumento del número de cofrades, sino también porque de forma definitiva se le adjudica la regencia del Hospital de Convalecientes. Éste fue fundado por D.Juan de Zapata, Obispo de Palencia y presidente de la Real Chancillería de Valladolid. Estaba ubicado en la calle de la Parra, actualmente denominada del Duque de Lerma. Y casi desde su origen estuvo ligado a la Cofradía, donde realizaba en las dependencias del Hospital la labor caritativa y social que exigían sus Reglas. Este hospital era de ámbito provincial y en él se atendía a enfermos convalecientes expulsados de otros hospitales como el de San Cosme y San Damián, el de Esgueva, el de Inocentes o el de San Juan de Dios.

“…Que todos los años de aquí adelante el dia de nra sra de la concepción la cofradía aga ofrenda al ospital de convalecientes de nra sra de la piedad por todos los cofrades de la cofradía para ayuda de sostener los pobres del hospital…”


Dispuso al principio de un precario mobiliario, quizás insuficiente para atender a los más necesitados, pero la buena voluntad nunca falataba

“.-43 mantas blancas y negras viejas.
.-13 sábanas viejas.
.-9 jergones viejos
.-8 colchones viejos.
.-10 camas de madera viejas.
.-6 bancos de pino.
.-3 servicios vidriados.
.-3 orinales de barro.”

(Foto antigua de la calle tomada de valladolidweb.es)



El Hospital, dependió en todo momento de la cofradía, por eso se denominó hospital de Nª Sª de la Piedad, estaba gobernado y dirigido por:


El Mayordomo, persona responsable y que tomaba las decisiones más importantes. El Administrador, encargado de la organización y administración. Los Diputados, responsables de coordinar las funciones.

Y Comisarios, los cuales ayudarían en los trabajos a realizar, dentro de este grupo se encontraban los “Hermanos de Socorro”, eran 12 cofrades que se dedicaban a pedir limosnas para el hospital todos los días durante un año en los conventos e iglesias de Valladolid, a parte de encargarse del cuidado y atención de los más necesitados. Era un cargo que los cofrades daban mucha importancia ya que significaba para ellos un cierto prestigio porque contribuían a mantener la labor caritativa que en él se realizaba

“… los hermanos de socorro que sean nombrados de la cofradía cada año seran 12 los quales cada dia han de pedir limosna para los pobres del ospital y an de acudir con ella al mayordomo y que se asiente en el libro para el cumplimiento destos capitulos”.



Este hospital tuvo alguna obra de arte, así tenemos que algunos bienes y patrimonio del hospital eran: “...un retablo de pintura en el un Xto crucificado y otras figuras de la Pasión y una tabla de nra sra de la Piedad con sus pobres...”

martes, 24 de enero de 2012

Una anécdota de la historia: "El error en el traslado a San Antonio Abad"





Como ya tratamos en otro artículo, la Cofradía organizó unas solemenes fiestas en 1727. Nuestra hermandad preparó con detalle y cuidado estas celebraciones. El motivo fue la colocación y ubicación de la Virgen de la Piedad en el nuevo trono del reformado y restaurado Altar Mayor de la Iglesia Penitencial. Hubo varios días de fiesta religiosa, con triduo y predicaciones por oradores de prestigio y solemne procesión. Los historiadores se hicieron eco de ello, pero algunos cometieron un pequeño error y esto es lo anecdótico.


Algunos, como Matías Sangrador cometen un pequeño desliz. En su “Historia de Valladolid”, reseña y comenta que la cofradía de la Piedad hacia 1724, viendo el estado ruinoso de su Iglesía, decide trasladarse a San Antón:
“Los cofrades por los años de 1.724, viendo que este templo por su antigüedad y mal estado amenaza ruina, proyectaron la construcción de otro más suntuoso en el Hospital de San Antonio Abad... Se trasladó la imagen de Nuestra Señora de la Piedad a la ueva Iglesia en los últimos días del mes de Octubre del año 1.727; todo lo cual consta de un cuaderno impreso que se conserva en la biblioteca de Santa Cruz, en el que se hace además una pomposa descripción de las solemnes fiestas que se hicieron con tal motivo”.
Este historiador debió cometer el fallo y el error en el momento de transcribir a su historia, lo acontecido en la Piedad en ese año de 1727 y que comprobó del cuaderno que estaba ubicado en el archivo de la Biblioteca de Santa Cruz. Curioso fallo.

También Casimiro Gª Valladolid en su obra “Recuerdos y grandezas” se equivocó. Tanto en la fecha, pues éste comenta que el “día 25 de octubre de 1727 tuvo lugar la solemne traslación de las imágenes” así como de los actos que se llevaron a cabo. Indicaba que en ese año la cofradía se había unido a la de San Antonio Abad y que ...


“dejaron de realizarse los actos del culto que se veneraban y venían celebrándose en la Iglesia de la Piedad, uniéndose entonces ésta cofradía a la propia de San Antonio Abad. Se hizo una lucidísima procesión que partió de la santa Iglesia Catedral, a la que se había llevado previamente la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Piedad. Asistieron a ella todas las demás cofradías penitenciales y en diferentes puntos de las calles que recorrió se erigieron vistosos altares adornados con multitud de ricas alhajas de plata y oro. Hubo diversidad de danzas, cada cual mas lujosa, y en la Plaza mayor se corrieron toros por espacio de unos días...”
Traspie de igual modo, aunque acierta en lo del traslado de la Virgen de la Piedad a la Catedral y en los altares que se colocaron por toda la ciudad, así como en las fiestas de toros.



Domingo Alcalde Prieto también falló en este asunto, pues el pone fin a la Iglesia Penitencial de la Piedad en 1727, trasladándose ese año a San Antón.
“Hasta el año de 1727 existió la cofradía penitencial de Nuestra Señora de la Piedad en la calle aún conserva su nombre, (hacia 1861), inmediata a la del Obispo (anteriormente calle de Pedro Barrueco y actualmente Fray Luis de León), en cuyo año fue trasladada la imagen al nuevo templo que se edificó por la Cofradía, auxiliada con las limosnas del vecindario, en el que había sido Hospital de San Antonio Abad”.


Otro que también comprobó este tema y que no lo subsanó fue D. Juan Agapito y Revilla. Pues en las anotaciones y aclaraciones que realiza al plano de Ventura Seco en 1901 escribe al hablar de la Iglesia de la Piedad, edifició con el número 20, que :


“La Piedad de San Salvador": "En 1727, fue trasladada la Cofradía de Nª Sª de la Piedad al nuevo templo que edificó. Lo que hace suponer que la Iglesia subsistió después agregada al Salvador"

"Y en el nº 75 “Iglesia y encomienda de San Antón” que se refundió con la Cofradía de la Piedad con la que hizo la Iglesia actual."


Estas anotaciones de Agapito y Revilla en el citado plano están firmadas el 23 de Marzo de 1.901.

Cuando menos es una anécdota para reseñar, la Piedad en 1727 reforma su altar mayor y el camarín de la Virgen, para colocarla con más solemnidad.

No fue hasta 1790, concretamenta hasta el 19 de Marzo, cuando la cofradía llegue a San Antón, que ya existía desde 1541. Previamente, el 6 de Octubre de 1789, se había trasladado al Salvador. El 31 de Enero de 1791 se demolió por completo su Iglesia penitencial.

viernes, 20 de enero de 2012

Un viaje sin retorno: La reja del coro de la Catedral de Valladolid.






El coro estuvo cerrado por una buena reja costeada por el obispo de Valladolid Isidro Cosío y Bustamante, que se empezó a colocar en octubre de 1763 y quedó instalada en diciembre de ese mismo año. Se terminó de dorar en agosto de 1764, por doradores segovianos.


En el centro del segundo cuerpo colocó el Cabildo el escudo de armas del obispo Bustamante, en homenaje y agradecimiento a su donación. Llevaba la leyenda:
"Esta reja y rallar las dio el Ilmo. Sr. Don Isidro Cosío, obispo que fue de esta ciudad."

La reja fue ejecutada en talleres de Elgóibar. Se le atribuye a Rafael de Amezua.



La obra llegó por partes a Valladolid en cuya catedral fueron montadas y asentadas entre octubre y diciembre de 1763.

El Cabildo invitó a los artífices a un ágape, lo que entonces se llamaba guantes para refrescar. En En 1928, con la remodelación hecha en la catedral, la sillería del coro volvió al altar mayor y se construyó una tribuna alta a los pies donde se ubicó el órgano. Por motivos económicos, por la necesidad de seguir haciendo obras, el Cabildo vendió la reja , que fue a parar a la Fundación Hearst. Esta fundación la donó en 1956 al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, donde se puede hoy en día contemplar.
Tiene 3 puertas, 9 calles y 3 pisos. El coronamiento tiene ornamentación de espirales, óvalos y jarrones. En el museo americano se ubicó seriamente mutilada y desvirtuada. Fueron eliminados seis balaustres del total de que constaba y no fue incluido el escudo del Obispo que estaba sobre la puerta.


Cuando se interesó el Museo neoyorkino por ella, era con la intención de canjearla por el ábside de la arruinada iglesia de S. Martin de Fuentidueña en Segovia. Incluyeron en el canje, los paneles de S. Baudelio de Berlanga y un cuadro del Greco . Al final las autoridades españolas seleccionaron las pinturas sorianas y la reja perdió la oportunidad de volver a España.

martes, 17 de enero de 2012

Glosa por D. Mariano Gredilla



Glosa realizada por D. Mariano Gredilla Fontaneda, Secretario General de la Consejería de Economía de la Junta de Castilla y León, cofrade de la Piedad y miembro de la actual Gestora, en el acto de presentación del cartel.


Oración a Nuestra Señora de la Piedad:
"Bajo tu proteción nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita".

Alcalde.Miembros de la Corporación Municipal.Autoridades.Presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa y miembros directivos.Hermanos de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad.Miembros de las distintas cofradías.Señoras y señores.


Permítanme comenzar mi intervención agradeciendo la invitación cursada por el Presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa para glosar el cartel que va a anunciar la Semana Santa vallisoletana 2012. Gracias José Miguel y enhorabuena por el trabajo que, tú y todo tu equipo, venís realizando en estos últimos años.
Agradecimiento también al Ayuntamiento de Valladolid, en la persona de su Alcalde, por el apoyo a la semana Santa. Gracias Javier.
Presentamos hoy el cartel de la Semana Santa 2012.


Un cartel que recoge el momento en el que pasa ante la Iglesia de San Pablo la Procesión de Penitencia y Caridad. Momento capturado por la cámara de José María Pérez Concellón, y entre cuyos motivos principales podemos ver el paso titular de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad, "La Quinta Angustia", obra de Gregorio Fernández, datada hacia el 1625.

El cartel es el colofón de un año especialmente emotivo para todos los que somos cofrades de La Piedad. Comenzamos 2011 con la presencia de nuestra Virgen en la exposición "Passio" de la Fundación de las Edades del Hombre en la sede de Medina de Rioseco. Continuamos en el mes de agosto con la participación en el Vía Crucis que, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, presidió su Santidad Benedicto XVI en las calles de Madrid. Y ya recientemente, hace escasos días. Nuestra Madre, La Virgen de la Piedad regresaba a su casa, a la sede de la cofradía, a la iglesia de San Martín. En esta solemne ocasión nos acompañó el arzobispo de Valladolid, Don Ricardo Blázquez.
Han sido pues, muchos los momentos en los que la Cofradía de la Piedad, ha tenido una presencia relevante. Momentos a los que una cofradía sencilla como la nuestra no está acostumbrada.


Como sencillo es también el cartel anunciador de este años. Un cartel sin artificios. Tan sólo la ciudad, sus gentes y una Madre que acoge en su regazo el cuerpo del Hijo sin vida. Y abrazando toda la escena, el cielo de Valldolid. Un cielo al que alza la vista la Madre, que parece no entender lo que ha pasado, que necesita una respuesta.
Pocas veces un cartel anunciador, ha sabido recoger con tanta maestría la esencia de nuestra Semana Santa: sencillez y sobriedad, recogimiento y respeto, Valladolid y sus gentes. Y en una esquina del cartel, unos niños. Niños que ven pasar a la Virgen. Iguales a los niños que todos hemos sido, que en ocasiones seguimos siendo. Es como si en el cartel el tiempo se hubiera detenido. Es una escena ya vivida, un instante atemporal.
Creo, que el cartel nos permite reflexionar sobre las raíces de nuestra fe y nos da la oportunidad de recuperar viviencias y recuerdos de los años de infancia y juventud.
Dicen que recordar es como realizar un viaje.


Y el inicio de este viaje a través de los momentos que me evoca el cartel anunciador de la Semana Santa, se sitúa en una etapa muy temprana de mi vida, en compañía de mi familia y de mis compañeros de colegio.
Permítanme compartir tres de estos momentos, tres de estas escenas, con todos ustedes.
Primera escena:
Mi Semana Santa, a través de este viaje a la infancia comienza el miércoles de ceniza.
Ajenos totalmente los niños de mi generación a las celebraciones y disputas entre Don Carnal y Doña Cuaresma, conocedores del "Entierro de la Sardina" exclusivamente por la representación pictórica de Francisco de Goya, distantes en más de 30 años a las modas de la Semana Blanca y otras tradiciones de reciente implantación, nuestra Semana Santa se iniciaba con la imposición de la ceniza en la capilla mayor del colegio en el que cursábamos la educación básica.
Con el debido orden y respeto, en fila de a uno, próximos a la pared, a ambos lados del pasillo, avanzábamos por cursos, desde las clases de primaria, hasta la capilla mayor del colegio que estaba presidida por una imagen de la Inmaculada Concepción.
A la capilla mayor del colegio sólo se acudía con motivo de un acontecimiento importante, y éste era uno de ellos.
Con la imposición de las cenizas se nos recordaba el "polvo eres y en polvo te convertirás", y se nos hacía en la frente la señal de la cruz.
De este sencillo modo, iniciábamos los preparativos para la celebración de la Semana Santa. Recuerdo que al llegar a casa mostrábamos a nuestra madre, con orgullo, los restos de ceniza que aún quedaban en la frente.

Y dábamos comienzo al segundo de los ritos del inicio de la Semana Santa. Me estoy refiriendo al siempre onmipresente bacalao desalado que teníamos ese día, y todos los viernes sucesivos, para comer. Porque lo del bacalao, junto al ayuno y la abstinencia en cuaresma, ha sido algo parejo, consustancial e inseparable de mi Semana Santa.
Bacalao, rosquillas, torrijas y demás dulces de Semana Santa, que acompañan nuestros recuerdos de la infancia, junto con todas esas tiendas y tenderos que han llegado hasta nuestros días en calles y plazas, y que hoy siguen atrayendo a aquellos que nos visitan.
Tiendas con olor a bacalao, a salazones, semillas, dulces y galletas vendidas a granel. Esas tiendas de toda la vida como la de D. Severo Fraile cerca de la Plaza España, quien incluía, junto con las bacaladas, en la bolsa, un puñado de caramelos para ganarse la fidelidad de los clientes.


Segunda escena:
Y tras la cuaresma llegaba la semana Santa, propiamente dicha, la de las vacaciones escolares. El recuerdo a partir de ese momento pasa a ser íntimamente familiar, e inicia su andadura el Domingo de Ramos. "Domingo de Ramos, quien no estrena, ni tiene pies ni tiene manos". Nunca he sabido de dónde procede esta costumbre, pero lo cierto es, que aunque de un modo más mitigado, ha llegado hasta nuestros días.
Siempre se cumplió en mi familia con la tradición, y los tres hermanos estrenábamos una camisa, unos zapatos o unos calcetines.
Ataviada la familia con sus mejores galas y en perfecto estado de pasar revista, nos dirigíamos a misa, donde recogíamos el ramo. Algunos años, no todos, comprábamos una palma en alguno de los puestos ambulantes instalados a tal efecto.
Finalizada la misa, nos acercábamos a la zona de la catedral para esperar el paso de la Procesión de la Borriquilla, flanqueada por los cofrades más pequeños y niños de los diferentes Colegios y parroquias. Y todo mientras sonaban a través de la megafonía instalada por las calles, cánticos que proclamaban el "Hosanna al Hijo de David, ¡Aleluya!". Esta tradición familiar, con el paso del tiempo, la he revivido, esta vez, en compañía de mi mujer y de mi hija.

Tercera escena:
Otro de los momentos familiares que asocio a la Semana Santa de mi infancia era el acudir a la Procesión de Penitencia y Caridad; protagonista del cartel anunciador de este año. Por la tarde, al acabar de comer, salíamos de casa en dirección a la zona del Hospital Clínico. Según mi padre, era éste un buen sitio para verla pasar.
Lo que hacía distinta y diferenciaba esta procesión de todas las demás era la incorporación a la comitiva, en un determinado momento, de los presos, de los penados, que habían sido indultados, a petición de la Cofradía de la Piedad, por el entonces Gobernador Civil. (En alguna ocasión se liberaron hasta 14 reclusos).
Con tal motivo, los reos liberados vestían el hábito penitencial y ocultaban su rostro tras el verdugo. Todos los presentes comentaban si el indultado era hombre o mujer, qué delito había cometido y la pena que le hubiera quedado por cumplir.
Y hasta aquí algunos de estos recuerdos.


Recuerdos en los que todas las procesiones discurrían en medio de un silencio y un respeto hoy, demasiadas veces desconocidos; sin más luz en muchas de las calels que la procedente de las luminarias que engalanaban las carrozas.
De este modo, pude descubrir la belleza de las tallas de Gregorio Fernández y de Juan de Juni, entre otros, que convertían y siguien convirtiendo Valladolid en un enorme escenario, en un museo al aire libre para gozo de propios y visitantes, y que el Viernes Santo transforma la ciudad en un catecismo viviente. La Semana Santa casi se palpaba; estaba presente en todo y en todos, se sentía, se respiraba, se vivía.
Recuerdos de mi infancia, de mi Semana Santa en Valladolid, que he querido en esta tarde, ya noche de enero, compartir con todos ustedes.
Creo que en estas viviencias, se encuentran los cimientos de la fe. Una fe que impregna la mirada de los niños del cartel, que ven como pasa ante ellos la Virgen de la Piedad.
Una fe que en ocasiones, como en el "San Manuel Bueno Mártir" de Miguel de Unamuno, pasa por momentos difíciles, al enfrentarnos a tantas y tantas situaciones en las que nos sentimos impotentes o incapaces de entender el porqué de lo que ni tiene, ni puede, ni debe tener justificación.
Una fe sencilla, sin pretensiones teológicas, la fe en el Dios de las pequeñas cosas, la fe en el Dios que, en palabras de Santa Teresa de Jesús, se encuentra entre pucheros y fogones.
Una fe que en Valladolid encontramos entre estas magificas tallas que recorren durante la Semana Santa sus calles, y que durante el resto del año se encuentran en Templos y Monasterios, donde las gentes sencillas acuden con sus oraciones y ruegos.
Una fe que deambula por entornos como el que recoge la fotografía, la Plaza de San Pablo, recorrida a diario por todos aquellos que nos visitan.


Finalizo.
Decía el vallisoletano Gustavo Martín Garzo en el pregón de Semana Santa que pronunción en la Santa Iglesia Catedral de Valladolid que, "La Pasión de Jesús que recordamos estos días tiene en la compasión su más íntima razón de ser. Es una historia dolorosa, pero llena de hermosura. Nos pide que nos elevemos hacia la belleza, que nos enfrentemos a la desgracia y al sufrimiento y recuperemos la inocencia de la infancia".
Una vez más, mi más snicera felicitación a Chema Concellón, y mi agradecimiento al Presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa, y al resto de cofradías por su labor y trabajo, no sólo en estos días, sino a lo largo del año. Esperemos que este año el tiempo nos respete y pueda ser un éxito para todos.
Gracias por su atención. Buenas noches.

lunes, 16 de enero de 2012

Cartel Semana Santa Valladolid 2012



Esta tarde se ha presentado el Cartel que anunciará la Semana Santa de Valladolid este año 2012, por todos los rincones, incluidos los de Valladolid.

La imagen elegida es la que tallara, allá por 1627 de manera primorosa, el maestro de la escultura barroca Gregorio Fernández, la Virgen Ntra Sra de la Piedad.



Por otrolado se ha dado a conocer el nombre de la pregonerá, que será la vallisoletana y actualmente vice-presidenta del gobierno Dña. Soraya Sáenz de Santamaría.


VALLADOLID, 16 (EUROPA PRESS)
El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y el presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa, José Miguel Román, han dado a conocer esta tarde algunos detalles de la Semana Santa de 2012, cuyo cartel anunciador, glosado en el mismo acto por el secretario general de la Consejería de Economía, Mariano Gredilla, recoge la imagen de la Virgen de la Piedad en la Procesión de Penitencia y Caridad a su paso por la Plaza de San Pablo.


La imagen de la 'Quinta Angustia', obra de Gregorio Fernández, es inmortalizada por una fotografía de José María Pérez Concellón, en uno de los espacios urbanos "más espléndidos y universales, como es la Plaza de San Pablo, junto a los palacios de Pimentel y Villena", según ha aseverado el alcalde.
En el cartel se incluye el lema 'Pura maravilla de arte', un resumen acertado sobre los grandes atractivos de la Semana Santa de Valladolid, que quedan plenamente reflejados en la imagen seleccionada este año, "sin duda la mejor y más eficaz carta de presentación de esta singular celebración vallisoletana, más allá de cualquier barrera lingüística o cultural", ha aseverado Javier León de la Riva.


En su alocución, Mariano Gredilla ha señalado "que el cartel es un colofón especialmente emotivo para todos los que cofrades de la Piedad", en referencia a la presencia de la venerada imagen en la exposición Passio (Medina de Rioseco), en el Vía Crucis celebrado en Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, ante el Papa Benedicto XVI, y en el reciente traslado de la misma a la iglesia parroquial de San Martín, verificado el pasado mes de Diciembre.
"Pocas veces un cartel anunciador ha sabido recoger con tanta maestría la esencia de nuestra Semana Santa: sencillez y sobriedad, recogimiento y respeto, Valladolid y sus gentes", ha señalado Gredilla, antes de reflexionar sobre las raíces de la fe cristiana a partir de vivencias y recuerdos de la infancia.
En este sentido, Gredilla ha evocado tres escenas decisivas en el devenir de la Semana Santa. La primera de ellas es el Miércoles de Ceniza, como inicio de los preparativos de la Semana Santa y el ayuno prescrito para los viernes de Cuaresma -sin olvidar el ritual de comer bacalao-, mientras que la segunda escena se centra en el Domingo de Ramos, día "en el que quien no estrena no tiene pies ni manos".
La tercera escena es la procesión de Penitencia y Caridad, que cada Jueves Santo por la tarde recorre las calles vallisoletanas.
En el acto, celebrado en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento Gredilla, han estado también presentes el director general de la Policía, el palentino Ignacio Cosidó; el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, el delegado territorial de la Junta, Pablo Trillo-Figueroa, y el arzobispo de la ciudad, Ricardo Blázquez.

Enhorabuena "San Antón"




Hoy 16 de Enero tendrá lugar en el Ayuntamiento de Valladolid la presentación del pregonero y del cartel anunciador de nuestra Semana Santa.

Parece ser que la imagen elegida para anunciar nuestros días santos será la de la Piedad, ya que aunque no correspondía este año, hubo una petición de cambio por parte de la cofradía de la Sagrada Cena.


Mañana casualmente es 17 de Enero, San Antonio Abad, vulgo "San Antón", patrón de la hermandad durante una buena parte de su historia. En dicho templo estuvo eregida canónicamente la cofradía más de 130 años.


Casi sin quererlo, en el día en que se celebra su festividad, el cartel anunciador con la imagen de Gregorio Fernández, se podrá ver en Valladolid por calles y comercios. Esperemos que se vea de manera generalizada por nuestra ciudad desde ya y no tengamos que esperar a los últimos días de la cuaresma para contemplarlo por tiendas y escaparates.


Puesta en escena del cartel del 2012, que sin pensarlo ni quererlo, coincide con nuestro santo patrón.

Enhorabuena San Antonio.


EL SANTO PATRÓN:


San Antonio Abad nació en Egipto hacia el año 250, hijo de acaudalados campesinos.
Durante una celebración Eucarística escucho las Palabras de Jesús: "Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres". Al morir sus padres, San Antonio entregó su hermana al cuidado de las vírgenes consagradas , distribuyó sus bienes entre los p
obres y se retiró al desierto, donde comenzó a llevar una vida de penitencia. Hizo vida eremítica en el desierto, junto a un cierto experto llamado Pablo. Después vivió junto a un cementerio, siendo testigo de la vida de Jesús que vence el temor a la muerte.
Organizó comunidades de oración y trabajo. Pero prefirió retirarse de nuevo al desierto. Allí logró conciliar la vida solitaria con la dirección de un monasterio. Viajó a Alejandría para apoyar la fe católica ante las herejía arriana.



Tuvo muchos discípulos; trabajó en favor de la Iglesia, confortando a los confesores de la fe durante la persecución de Diocleciano, y apoyando a san Atanasio en sus luchas contra los arrianos.
Una colección de anécdotas, conocida como "apotegmas" demuestra su espiritualidad evangélica clara e incisiva.


Murió hacia el año 356, en el monte Colzim, próximo al mar Rojo. Se dice que de avanzada edad (105 años) pero no se conoce su fecha de nacimiento.
Patrón de amputados, protector de los animales, de los tejedores de cestas, de los fabricantes de cepillos,de los carniceros, los enterradores, del gremio de mulas, de los ermitaños, los monjes, los porquerizos y de los afectados de eczema, epilepsia, y ergotismo, conocido en el uso coloquial como "fiebre de San Antonio" o "fuego de San Antonio".

miércoles, 11 de enero de 2012

EL OTRO PASO DE NICODEMO





Seguramente aquellos que desean conocer la historia de nuestra Semana Santa se habrán fijado en la pequeña, pero a la vez excelente, bibliografía que sobre ella hay en Valladolid y sus librerías.


Además estos libros vienen acompañados de un gran aporte fotográfico, que recogen esas pequeñas particularidades, que nos provocan una cierta curiosidad por conocer algunos entresijos de la misma.


Algunas fotografías, como el caso del personaje que nos ocupa NICODEMO, (foto tomada hacia 1920), recogen otras disposiciones de esos pasos que los ilustrados de comienzo de siglo trataron de recomponer. No erraron, pues hicieron mucho por nuestra Semana Santa, si ocurrió que esas recomposiciones no fueron del todo acertadas.


Algunas fotos muestran instantáneas de los pasos con otras disposiciones de sayones y romanos de la historia de estos conjuntos procesionales diferentes a las actuales y a las de antaño.
Esto ha sido una constante en Valladolid, al menos desde que fueron recogidas estas esculturas por la Real Academia y más tarde con la reorganización de la Semana Santa de Valladolid, por parte de D. Remigio Gandásegui y por la reconstrucción que se llevó
a cabo de las escenas procesionales por parte de Cossío, Agapito y Revilla y Zurita.

Posteriores y recientes estudios han sacado a la luz los errores cometidos, se han hecho modificaciones y las escenas, que en su día fueron creadas por los artistas del barroco, se van pareciendo más a como salieron de los talleres de los maestros escultores.
Así pues a lo largo del último tercio del Siglo XX se han acometido cambios para mejor en la composición de nuestros conjuntos procesionales.
Hemos podido ver, por ejemplo, esculturas del paso “Camino del Calvario” flagelando a “Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna” o a soldados de “la Oración del Huerto” coronando de espinas al “Ecce-Homo”.


EL CASO DE NICODEMO:
Esta escultura, en su día (año de 1642) salida de la gubia de Antonio de Ribera y Francisco Fermín, ha pasado de ser uno de los personajes que trasladaba a Cristo para su entierro, a pertenecer al paso “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Uno de los pasos de las Siete Palabras que salió por primera vez a la calle en 1959. En esos momentos estaba compuesto por el Cristo de los Trabajos, 2 sayones de la coronación de espinas y nuestro personaje "Nicodemo" del paso de “El Entierro de Cristo” de nuestra Cofradía de la Piedad.

El Santo Varón formó parte de este conjunto hasta 1994, pues a partir de entonces pasó a ser uno de los dos personajes que traslada el cuerpo yacente de Cristo muerto a los brazos de su Madre.

En 1995 nuestra hermandad decidió recuperar parcialmente uno de sus pasos históricos pasando a denominarse, desde entonces, "Cristo de la Cruz a María".
De esta forma la imagen de Nicodemo volvió a su casa y al conjunto para el que fue concebido. Sólo resta que se le devuelva su antigua denominación del “Entierro de Cristo”, pues podría tener perfectamente cabida en las escenas procesionales de la Piedad.
Por cierto, en ocasiones este paso, de magnífica composición y con una reacreación excelente, se nota la mano de Jose Antonio Saavedra, se encuentra un tanto eclipsado por la extraordinaria talla , salida de las manos de Gregorio Fernández, de Ntra Señora la Virgen de la Piedad.

lunes, 9 de enero de 2012

REGLAS y ESTATUTOS





El pasado mes de Diciembre se conformó la gestora que presidirá la Piedad hasta que, según palabras del Sr. Arzobispo de Valladolid en la homilía del pasado 18 de Diciembre y de lo establecido en la carta que se nos envió a los cofrades, se elaboren nuevos estatutos, se aprueben en Cabildo por todos los cofrades y se ratifiquen finalmente por el Arzobispado de Valladolid.

Para después conovocar elecciones nuevamente. Esto es lo que debería suceder en condiciones normales.



Se pide así mismo que los hermanos que lo deseen aporten sugerencias para la elaboración de los mismos. Se da plazo hasta el día 10 de Enero. Es decir hasta mañana.


Teniendo en cuenta que recibimos la carta el 15 de Diciembre, que el traslado fue el 18 y que han discurrido hasta hace unos días las fiestas navideñas, el tiempo que se da para ello es insignificante e insuficiente, por si algún osado se atreve a dar una opinión al respecto. Aunque de poco iba a servir, pues...



...Sólo recordar que la anterior vez que se propuso esta reforma, allá por 2007, también se pidió la colaboración de los cofrades, hubo unos cuantos que presentaron un proyecto de reforma de las reglas de la hermadad, debió valer para papel en sucio o para acabar en el contenedor de reciclaje y nos consta que eran unos magníficos estatutos.



El inicio y su preámbulo así comenzaban:

"SANTAS REGLAS DE LA ANTIQUÍSIMA COFRADÍA PENITENCIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD, FUNDADA EL 22 DE AGOSTO DE 1.578, EN VALLADOLID, EN EL DESAPARECIDO CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, CON SEDE CANÓNICA ACTUAL EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MARTÍN Y SAN BENITO EL VIEJO.

PREÁMBULO

La Antiquísima Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad, fundada en tiempos de la Reina de Castilla, Juana I, a principios del siglo XVI, por banqueros y comerciantes “Xinobeses”, en la Villa de Valladolid y retomada por los habitantes naturales de dicha Villa, el 22 de Agosto de 1578, día de Santa María Reina, en el seno del Convento de Nª Sª de la Merced (Calzada) y actualmente y desde 1.935 con sede canónica en la Parroquia de San Martín y San Benito el Viejo; considera necesario proceder a la adaptación de sus últimos Estatutos, aprobados en 1982, conforme a la nueva normativa de Derecho Canónico, al Directorio Diocesano de Cofradías de Semana Santa y a la Pastoral que presenta el Concilio Vaticano II y que debe impregnar a las cofradías en el mundo de hoy, como nuevo reto..."



Sólo un apunte: que si los van reformar que lo hagan correctamente y bien, y si todavía guardan en algín cajón aquellos que se entregaron que los vuelva a releer y a tener presentes, por si sirven para algo más.