viernes, 14 de junio de 2013

Un "Dios" prohibido


IGLESIA EN VALLADOLID
Ayer 14 de Junio se estrenó en el Cine Roxy de Valladolid la película titulada "Un Dios prohibido" en la que han participado como actores algunos seminaristas del Seminario Mayor y Menor de Valladolid.

La película narra el martirio del Seminario Claretiano de Barbastro en 1936, junto con el martirio del vallisoletano Beato Florentino Asensio, su Obispo. 
Hoy Valladolid cuenta con una parroquia con su nombre en el Bº de Parque Alameda.
Don Florentino, muy unido a sus dos pueblos Vallisoletanos Villavieja del Cerro y Villasexmir, estudió en el Seminario de Valladolid, fue sacerdote de esta Archidiócesis, canónigo de la Catedral y confesor del Seminario hasta el mismo día de su nombramiento episcopal. Durante toda su vida estuvo muy ligado a nuestro Seminario diocesano, que mantiene su memoria hasta el día de hoy.


LOS SEMINARISTAS DE VALLADOLID

En las secuencias centrales de la película dirigida por Pablo Moreno en Ciudad Rodrigo, que narra el martirio de 51 miembros de la comunidad Claretiana de Barbastro (Huesca) en el inicio de la guerra civil, en 1936, algunos seminaristas de nuestra diócesis han tenido la oportunidad gozosa  de colaborar en el largometraje más importante que ha asumido Contracorriente Producciones.
 
En esta superproducción no podía faltar la presencia de nuestro seminario, ya que el obispo mártir de Barbastro 
(el primero de Guerra Civil), Bto. Florentino Asensio (1877-1936), fue seminarista de Valladolid, confesor del Seminario y canónigo de la Catedral.

Esta experiencia ha supuesto para nuestros seminaristas un antes y un después en su etapa formativa. El rodaje de algunas escenas ha supuesto un hito en su respuesta vocacional. Ha enriquecido su formación de futuros pastores. Una de las razones es el haber podido percibir los sentimiento


s que embargaron  a aquellos jóvenes religiosos que dieron su vida por ser fieles a Jesucristo y a la Iglesia.


EL NORTE DE CASTILLA: (Noticia del 10 de Junio)

Noviembre de 2012. 
El director Pablo Moreno se encuentra inmerso en el rodaje del martirio de 51 miembros de la comunidad claretiana de Barbastro (Huesca) en los inicios de la Guerra Civil. Necesita actores que se involucren, que representen a los jóvenes estudiantes del seminario. Así que las Diócesis de Ciudad Rodrigo (lugar del rodaje), y Valladolid se ofrecen para que seminaristas mayores y menores hagan los papeles, los suyos, los de verdad, actores de su propia fe.

Javier Boada y Francisco Casas, de 26 y 23 años, respectivamente, fueron los elegidos del Seminario Mayor. Daniel de la Fuente, Juan Manuel González (de 18 años) y Borja Casado e Ilen Plamenov (de 17 años) fueron los del Menor. 

El pantalón gris sobrio y camisa azul les delata. No hizo falta sobreactuar, llevan de serie la formación cristiana. Máxime procediendo del seminario en el que estudió el obispo beato Florentino Asensio, uno de los mártires de Barbastro. 

«Llamó la atención entre los actores que fuéramos seminaristas, decían: son seminaristas de verdad, como pensando que ya no había», comenta Javier Boada.

Cuatro días de intenso rodaje les llevó a los seminaristas mayores a empaparse de un campo en el que no trabajan día a día. «Es una experiencia impresionante, descubrir la figura de estos mártires de entre 22 y 24 años, conocer un poco lo que vivieron. Me ha impactado, hay escenas muy crudas», resume Francisco Casas.

Tal y como recoge la sinopsis, la película narra el martirio de 51 miembros de la Comunidad Claretiana de Barbastro (Huesca), deteniéndose en el aspecto humano y religioso de las personas que participaron en este hecho histórico y resaltando la dimensión universal del triunfo del amor sobre la muerte. Está situada en el verano de 1936, en los inicios de la Guerra Civil Española. Dirigida por Pablo Moreno y produccida por Contracorriente Producciones y los propios Misioneros Claretianos, cuenta en el reparto con Elena Furiase, Íñigo Etayo y Jacobo Muñoz, entre otros actores.

El estreno en cines de todo el país tendrá lugar al día siguiente, 14 de junio, cuando se proyecte también en Barbastro (Huesca), mientras que será el día 12, miércoles, cuando se celebre la 'premier' en Ciudad Rodrigo (Salamanca), donde tuvo lugar el rodaje de la película durante el otoño pasado. El jueves 13 habrá un pase con invitación en los cines Roxy.

jueves, 13 de junio de 2013

Los precedentes a 1617.


En 1617, el 22 de Noviembre, el entonces Obispo de Valladolid, Don Francisco de Sobrino, optó por unir dos cofradías: Piedad y Angustias.
Aunque antes hubo una serie de disputas entre ambas hermandades.

Los precedentes:

Iglesia de las Angustias, al fondo la torre de San Martín
Una Real Provisión de 1595 dispuso que las cofradías de disciplina irían siempre juntas en las generales, sin que se intercalasen otras, ocupando lugar preferente a las demás y ordenándose por su antigüedad. En documento de la época se citan con el siguiente orden: Vera Cruz, Pasión, Quinta Angustia y Piedad, dándose como penitenciales las de la Resurrección, Alegría, Peña de Francia y de los Remedios.

Estas cofradías penitenciales iban adquiriendo un incremento considerable, y tanto llegó a considerárselas,  que por esta Real provisión, dada en Madrid a 8 de marzo de 1595, se dispuso que las cofradías de disciplina habrían de ir siempre juntas en las procesiones generales, sin que entre ellas fuesen otras, y habrían de ocupar lugar preferente a las demás, y ordenadas por su antigüedad.

Litigios:

Si con estas disposiciones pareció calmarse el litigio de las cofradías por su primacía  bien pronto volvieron los pleitos por lo de las horas de celebrarse las procesiones, actos que por ser mas aparatosos cuidaban de elevar a lo más fundamental y esencial de las cofradías de disciplina. Los disciplinantes cometían abusos durante las procesiones, sucedían hechos poco edificantes, ciertamente, y el Consejo Supremo de Castilla “por obiar los ynconbinjentes que de salir de noche se siguia” en las procesiones, mandó que todas ellas saliesen de día y de día, aún, volvieran en sus casas. 
La orden se dio a principios de 1596. 
En cumplimiento de esa orden la Vera Cruz escogió la hora postrera del “Jueves de la cena” y la Pasión la hora prima del mismo Jueves Santo. No experimentaban estas procesiones grandes diferencias. Las Angustias salió ese año de 1.596 a las tres de la tarde, y la de la Piedad a las cinco y volvió a las siete.

Como la hora de las tres de la tarde del Viernes Santo no era muy oportuna, y así lo comprendió en seguida la de las Angustias, quiso rectificar lo por ella elegida, y movió litigio al efecto, como lo había hecho la Vera Cruz. La Piedad contestó de conformidad, pero que valiese para siempre la elección que había hecho las Angustias en 1.596. 

Visto el asunto en la Audiencia, las Angustias escogió el 21 de marzo de 1.597 la horade las cinco de la tarde. Siguió la cuestión con calor por ambas partes y se llevó a Madrid, donde se proveyó, el 11 de marzo de 1598, que las Angustias, como mas antigua, escogiese la hora de tres a cinco o de cinco a siete, no pudiendo variar en los años sucesivos una vez que hubiera elegido. 


Y como era de suponer que escogiese la hora postrera, y la primera no podía convenir, por muchas razones a la Piedad, ésta no anduvo remisa y obtuvo provisión real para sacar su procesión el Viernes Santo de seis a ocho de la mañana. 
Y así se realizó. Se dio pregón el día 16 de marzo de 1598, para que saliera la Piedad por la mañana, y el Viernes Santo (20 de Marzo) salió la Piedad de la Merced, a las ocho de la mañana y “fue a la yglesia mayor y otras partes” y las Angustias como pretendió a las cinco de la tarde

¿Qué sucedió realmente? Don Juan Agapito y Revilla lo exponía de esta manera:
Comparativa 

La cofradía de la Piedad, en pugna con la cofradía de las Angustias, procuró siempre celebrar su procesión a horas más cómodas y convenientes, y si eligió las de la mañana del Viernes Santo, fue porque no pudo habilitar otras. 

Algo debió alterarlas o pretendió alterarlas, por lo menos, por lo cual hubo de notificarla para la procesión de 1617, la obligación que tenía de salir de ocho a diez de la mañana. 
Y hubo una solución que se creyó salvadora. Era la unión de las dos cofradías de las Angustias y de la Piedad, patrocinada por el obispo de Valladolid, Don Francisco Sobrino.

Entre el 17 y el 22 de Noviembre se llevaron a cabo todos los pormenores para dicha unión, y así se hizo un acuerdo de unión de la Cofradía de la Soledad y Angustias, con sede en la calle Angustias, con la Cofradía de la Piedad, instalada en el convento de la Merced, unión parada en 1622, por recurso de la Piedad y disuelta del todo en 1630. 

Narciso Alonso Cortés sitúa la fecha del acuerdo en 1619 y comenta que no estando conformes, con esta unión, los frailes de la Merced y algunos cofrades de la Piedad, promovieron un largo pleito.

Canesi afirma haber leído una escritura de concordia la cual dice que en el año 1617 se incorporaron en una, las tres cofradías que estaban sitas en la de las Angustias, que hasta entonces habían estado separadas, y separándose posteriormente se trasladaron las dos cofradías de la Piedad y Soledad al convento de padres mercedarios calzados...

En tan solo 4 años, 2017, la Semana Santa de Valladolid y por consiguiente estas dos hermandades celebrarán dicho aniversario...


    Eloisa García de Wattemberg: Sermón 1976
    Las cofradías, las procesiones y los pasos, pag. 13
    C.M: edif. religiosos, pág 43 (ap. Iglesia El salvador)
    Miscelánea vallisoletana, tomo III, página 534
    Manuel Canesi Acevedo

jueves, 6 de junio de 2013

Los desconocidos mártires mercedarios del siglo XIX

La Merced. Madrid
El próximo 13 de octubre tendrá lugar en Tarragona una magna beatificación de la Guerra Civil Española, entre otros muchos hay 19 religiosos mercedarios. Con tal motivo, el padre Mario Alonso, gran historiador de la Merced y actual padre Superior de los padres mercedarios de nuestra ciudad, escribe este trabajo acerca de otros mártires mercedarios, los del siglo XIX en Madrid, varios de ellos vivieron en Valladolid. 

La Piedad, siempre unida a la Merced, se une a la alegría de la Orden mercedaria por la beatificación de estos frailes de 1936.


EL NECESARIO RESCATE DE UN OLVIDO INJUSTO
P. MANUEL ESPARZA y COMPAÑEROS (†Madrid 1834)
Los desconocidos mártires mercedarios del siglo XIX

P. Mario ALONSO AGUADO.

         En la Orden de la Merced fueron muchos los religiosos que sufrieron martirio en aras al cumplimiento de su cuarto voto de redención de cautivos. Ya en los primeros tiempos nos encontramos con grandes figuras de nuestra historia que derramaron su sangre por Cristo y hoy gozan de veneración en los altares de nuestros templos. Baste citar a San Serapio, San Pedro Armengol, San Ramón Nonato, San Pedro Pascual…este hecho martirial ha sido una constante en nuestra historia. Otros momentos clave, en cuanto al martirio se refiere, fueron: el descubrimiento y evangelización del Nuevo Mundo, la revolución francesa de 1789, la guerra de la independencia española, 1808-1813; la desamortización y exclaustración de religiosos en la España decimonónica, y la gran gesta martirial que sufrieron Aragón y Castilla, las dos Provincias españolas de la Orden de la Merced, en la guerra fratricida de 1936. Felizmente, el próximo 13 de octubre serán beatificados en Tarragona el P. Mariano Alcalá y compañeros mártires, diecinueve religiosos de Aragón que supieron anteponer su fe, su conciencia y su sentido de fidelidad a los votos profesados, incluso al inestimable valor de su propia vida. Un hecho, el de la beatificación colectiva, sin precedentes en la Merced, un hito de nuestra historia más reciente.

         En España, el siglo XIX fue pródigo en sangre derramada, aunque la cifra de mártires no superó a la del XX en el que el número alcanzó cotas elevadísimas. El primer mártir en aquella centuria decimonónica fue el obispo de Coria, Juan Álvarez de Castro y Muñoz (1724-1809). Natural de Mohedas de La Jara (Toledo). Murió víctima de los franceses en la villa extremeña de Hoyos, en la Sierra de Gata, donde ya anciano y con la salud bastante quebrantada había fijado su residencia y retiro. El historiador y catedrático don Fernando Jiménez de Gregorio reivindicó la beatificación de este ilustre jareño. En cuanto a la Merced se refiere fueron bastantes los mártires, entre otros el P. Pedro Pascual Rubert y Lozano, Provincial de la Merced de Valencia. En el presente artículo sólo queremos ceñirnos a los mártires del convento mercedario de los Remedios, en Madrid, alzado en lo que ahora se conoce como Plaza Tirso de Molina, en honor al dramaturgo mercedario que ocupó una de las celdas del referido convento. Hemos de remontarnos a aquel horrible jueves, 17 de julio de 1834, durante la regencia de María Cristina y la primera guerra carlista (1833-1840). En ambiente encrespado las gentes salieron con violencia a las calles y calumniaron a los frailes acusándoles de haber envenenado el agua de las fuentes públicas de Madrid, motivo por el cual el cólera hacía estragos y las muertes eran frecuentes. Ello originó un motín anticlerical con la gran matanza de frailes. Al atardecer de aquel aciago día, tras cometer tropelías y asesinatos en los conventos de jesuitas, dominicos y franciscanos, tocó el turno a los mercedarios calzados. Los religiosos mercedarios martirizados fueron los siguientes:

1. P. Manuel Esparza, Provincial de Castilla. Natural de Peralta, en Navarra. En 1793 vistió el hábito de novicio mercedario en Soria. Estaba en posesión de los títulos de Presentado y de Maestro y antes de ser Provincial ocupó importantes cargos de responsabilidad, entre otros fue Vicario y Definidor General. Murió en el coro a tiros y sablazos. Era un religioso bien formado, con grandes dotes para el gobierno y muy prudente.

2. P. José Melgar, Presentado. Nació en la localidad toledana de Lillo. En el convento mercedario de Santa Catalina, de la ciudad Imperial, recibió el hábito mercedario en 1788. Cursó los estudios en Alcalá y en otros colegios. En 1820, bajo la presión de los constitucionales se secularizó pero en 1824 pudo reincorporarse a la Orden. Las turbas que entraron en el convento lo mataron a bayonetazos.

3. P. Eugenio Castiñeiras, Procurador General de la Provincia. Natural de Santa María de Cartelle (Ourense). Nacido en 1766, ingresó a los veintiún años en el convento mercedario de Conxo, cercano a Santiago de Compostela. Realizó sus estudios en Salamanca. Obtuvo títulos y ocupó cargos: fue Presentado, Maestro Honorario y Procurador de la Redención. Pasó algunas temporadas en el convento de Verín (Ourense). Como buen gallego gozaba de grandes simpatías entre gente influyente de Madrid. Murió a bayonetazos.

4. P. Francisco Somorrostro, Definidor de la Provincia y Capellán Mayor de la Capilla de los Remedios. Natural de Segovia, en 1787 ingresó en el convento de la Merced de su ciudad natal. Estudiante en Burgos y en Salamanca. En 1805 fue Predicador en el convento de Valladolid. Fue elegido Redentor en el Capítulo de 1824. Murió cuando se ensañaron con él partiéndole la cabeza a sablazos.

5. P. Lorenzo Temprano, Presentado Honorario. Zamorano natural de Villardondiego. Vistió el hábito en Toro (Zamora) en 1797. Estudió en Valladolid y residió casi toda su vida en Madrid. Murió a balazos en los claustros donde fue hallado junto a un gran charco de sangre.

6. P. Baltasar Blanco, Predicador Conventual. Gallego natural de Caldas de Reis (Pontevedra). Tomó el hábito en Conxo y murió fusilado en el coro, a los veintisiete años de edad.

7. P. Vicente Castaño, Presentado Extranumerario y Portero Mayor. Natural de San Lourenzo de Seira (A Coruña). Ingresó en Conxo en 1803. Fue alcanzado por los claustros y muerto a balazos.

8. P. Victoriano Magariños, Cantor. Gallego, natural de Setecoros (Pontevedra). Vistió el hábito en Conxo en 1819, obligado a dejarlo en 1820, volvió a la Orden tres años más tarde. Refugiado en la bodega fue encontrado y acabaron con su vida a base de sablazos y bayonetazos.


Esta lista, de alguna manera oficial, se incrementa. El historiador Manuel Revuelta, añade otros cuatro mártires: los PP. Juan del Olmo,  José Villar, Juan Peñacarrillo y Pedro de Dios. También hemos de agregar a Basilio Díez, donado franciscano, que acogido en La Merced encontró allí la muerte. Heridos quedaron dos religiosos más y tres criados del convento. Todos ellos son los olvidados y desconocidos mártires mercedarios del siglo XIX, pertenecientes al convento de la Merced de Madrid. Sentados ya en la Gloria del Padre, por toda la eternidad, aunque sus imágenes todavía no hayan tomado asiento en los altares de la Tierra.

martes, 4 de junio de 2013

El Altar de la Piedad

Imágenes del altar de la Piedad tomadas de:

VALLADOLID COFRADE:

y de la página web de la JUNTA DE COFRADÍAS:

(Agradecer su colaboración)

Mencionar que todos los altares fueron dignos del día solemne que celebrábamos.
Ojalá la fiesta del Corpus sea una realidad en años venideros.
Valladolid merece recuperar este día y esta procesión, para hacer bueno el refrán:

"Tres Jueves hay en el año que relumbran más que el sol...
Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión" 

Foto: Valladolid Cofrade

Foto: Valladolid Cofrade

Foto: jcssva





lunes, 3 de junio de 2013

Corpus Christi

Magnífica procesión en el día del Corpus.
Valladolid recuperó ayer una tradición casi olvidada.

17 Cofradías ubicaron a lo largo del recorrido altares para adorar al Santísimo Sacramento.

Paso de la Cena
También merece mención especial la salida extraordinaria del paso de la Sagrada Cena, al que acompañaba su hermandad titular.

Altares de la Plaza Mayor
Sólo resta mencionar que esta procesión se consolide, que en años sucesivos la procesión sea una realidad y hablemos de una bonita recuperación; basada en la historia y en la tradición de Valladolid.

Hubo magníficos altares, desde luego que las cofradías y hermandades han sabido componerlos y adornarlos extraordinariamente bien.



Custodia de Arfe con el Santísimo
Valladolid recordó en cierta medida otros tiempos, rememorando aquellos altares, pero con pleno sentido en este siglo XXI.




Custodia de Arfe con el Santísmo





Magnífica, por supuesto, la custodia de Arfe con el Santísimo.
Masiva la participaión de niños y niñas.
Quizás deba mejorarse la planta de procesión, pero sin duda estamos ante el comienzo de una bonita recuperación para Valladolid:


La procesión solemne y extraordinaria del Corpus Christi.