domingo, 20 de febrero de 2011

LA SABANA SANTA



La Sábana Santa se encuentra en la Capilla de la Síndone (Sábana en italiano), dentro de la Catedral de Turín, una ciudad al norte de Italia. Aquí ha permanecido en los últimos cuatro siglos, por eso se puede decir que Turín es la ciudad de la Síndone, la ciudad de la Sábana Santa.
¿Estamos ante un objeto de veneración o de controversia?




La Síndone de Turín
La Sábana Santa es una tela de lino, tejida en forma de espiga. Sabemos que es un tipo de tejido que se utilizó en tiempo de Jesús en Oriente, mientras que en Europa no se utilizó antes del Siglo XV. Es un tejido de alta calidad, pero hay que tener en cuenta que, si fuera del tiempo de Jesús, sería de procedencia oriental. En cuanto a sus medidas, después de que se restaurara en el año 2002 al quitarle los forros que restringían la extensión completa de la tela y se le eliminaran algunas arrugas, la Sábana mide 4,42 metros de longitud por 1,13 de anchura, aproximadamente.


Quemaduras
Si nos fijamos en el tejido veremos un montón de marcas, algunas manchas y materias que no terminamos de identificar. En realidad hay dos tipos de huellas, las que podrían ser las referidas a la Pasión de Cristo y por otra parte las huellas que ha dejado la Historia.

La Síndone debía ser así cuando se produjo el incendio de 1532, que fue el hecho que más alteró la apariencia del tejido. Antes de ese incendio, en la Sábana destacaba la huella anterior y posterior del cuerpo de un hombre. Sin embargo, después se añadieron un montón de marcas, que son las que más llaman la atención. Podemos encontrar chamuscaduras, cercos de agua - que probablemente se produjeron en ese o en otros incidentes cuando se apagó el incendio - y también parches de tela para tapar los agujeros quemados. Estos parches, que colocaron las Clarisas de Chambéry, han permanecido casi cuatro siglos, hasta la restauración de 2002. La Sábana en aquel momento estaba en Chambéry, en una localidad francesa que era entonces la capital del Ducado de Saboya.


Después de esa última restauración, se han eliminado los parches que se colocaron para tapar esas zonas que se habían perdido en la tela, y ahora lo que vemos, a través de esas zonas agujereadas por el fuego, es un forro nuevo, una tela «de Holanda», que tiene como objeto reforzar el lienzo original y darle mayor protección.

Una de las primeras cosas que nos debemos plantear cuando vemos la sábana es por qué está la imagen anterior y posterior del cuerpo en la misma superficie de la tela. La respuesta es que el cadáver, - porque evidentemente era un cadáver, aunque no sepamos si realmente el cadáver es de Jesús - estaba envuelto como muestra este dibujo. La mitad de la tela se habría colocado en la parte inferior, es decir debajo del cadáver, el cuerpo desnudo encima y después se habría cubierto, desde la cabeza a los pies, con el resto de la tela para tapar completamente el cuerpo.


Ostensión 2010
En la actualidad la Síndone se expone solamente en los Años Santos; es decir una vez cada 25 años. No obstante hay ostensiones extraordinarias que se producen cuando existe alguna circunstancia especial como la de 1998 y la anunciada para 2010. En realidad la fecha que le correspondía a una ostensión era el año 2000, que era año santo. Lo que ocurre es que en 1998 se celebraban varios aniversarios de los que el que más nos importa era el del centenario de la primera fotografía, el inicio de los estudios científicos sobre la Sábana de Turín. En 1998, el Papa Juan Pablo II fue uno de los casi cuatro millones de peregrinos, procedentes de 175 países, que se acercaron a venerar la Sábana.

El Papa se puso de rodillas y, delante de ella, pronunció un discurso del que nosotros vamos a destacar alguna de las ideas que consideramos más importantes.

En primer lugar el Papa dijo, casi es una definición, que la Síndone es como el «espejo del evangelio» y hay que tener en cuenta que esto tiene mucho significado, porque parece que la Síndone lo que hace es reflejar como hace un espejo, en este caso de lino, lo que los Evangelios nos dicen de la Pasión de Cristo. Hay una absoluta correspondencia entre lo que dicen los Evangelios y lo que nos muestra la Síndone.



En segundo lugar el Papa dijo: La Síndone es «un reto a la inteligencia». Verdaderamente también es una muy buena definición, porque el aspecto quizá más conocido de la Síndone, es que la Sábana Santa nos plantea un reto desde el punto de vista científico: no sabemos cómo explicar la imagen que aparece en la tela y, por tanto, podemos decir perfectamente que es algo que la inteligencia no ha podido resolver.



En tercer lugar, otra de las ideas a destacar, es que el Papa dijo: «No tratándose de una cuestión de fe, la Iglesia carece de competencia para pronunciarse sobre su autenticidad». Es verdad, muchas veces nos dicen si la Síndone es materia de fe, o poco más o menos, y lo cierto es que podemos asegurar que no. No es una cuestión de fe, es una de Jesús en el sepulcro o no. La tradición nos ha dicho que efectivamente esta tela envolvió el cuerpo de Jesús, cuando se colocó en el sepulcro, pero en realidad la Iglesia no se pronuncia al respecto sobre la autenticidad de la reliquia. Tienen que ser los científicos los que hablen. Por eso no tiene por qué declarar la Iglesia nada a favor o en contra de la autenticidad de la Sábana y deja que sean los científicos los que solucionen este tema. Y, por último el Papa Juan Pablo II ha pedido que se estudie «objetivamente y sin prejuicios». Precisamente esa es la dificultad mayor, porque estamos acostumbrados a ver gente que habla de la Sábana Santa de forma subjetiva y desgraciadamente desde los prejuicios. Hay gente que piensa que si el que habla es un creyente, evidentemente intentará decir que la Sábana Santa es auténtica y si no es creyente dirá lo contrario. Hay que tener en cuenta que esto no tiene por qué ser así. En realidad también se podría plantear al revés, es decir, una persona creyente no necesita la Sábana Santa para creer y, por tanto, sería mucho más libre que un no creyente, cuya situación variaría completamente si se pudiera demostrar que la Sábana es de Cristo, y sobre todo si se pudiera demostrar que en su interior se ha producido algo sorprendente o que se salga de los límites de la física. Todos tienen que ser objetivos y actuar sin prejuicios.

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