viernes, 12 de abril de 2013

Desde 1550 hasta la redacción de la 1ª Regla: La estancia en la Ermita de San Roque.




...A partir de la disputa con la Vera Cruz, la Piedad empezó a realizar su procesión de penitencia el Sábado Santo. Esto ocurrió durante varios años, es posible que hasta 1585, durante este teimpo la procesión se hacía en la mañana del sábado.
Así lo supone Narciso Alonso Cortés en si "Miscelánea". Puesto que no hay más datos para poder contrastar.

Cambiando de tema, Casimiro Gª Valladolid ofrece en su obra "Valladolid, recuerdos y grandezas", un dato cuando menos erróneo. Apunta que: 

“Desde muy antiguo, año 1550, existió también en Valladolid la iglesia Penitencial de la Piedad, la cual se levantaba en la que hoy es calle de su nombre (a primeros del Siglo XX se denominada calle de la Piedad y que en la actualidad constituye el primer tramo de López Gómez),de cuyo templo aún se conservan en pie algunas de sus paredes" 

Es dato conocido que la Iglesia de la Piedad no se inaugura hasta el 19 de Agosto de 1662, por lo que es imposible que en 1550 existiera dicho Iglesia Penitencial en Valladolid. 
La única razón que explique al menos el error es que Don Casimiro, contemporáneo de la época en que la Piedad estaba establecida en San Antón, considerase a esta Iglesia como propiedad de la Piedad desde sus inicios.
Ya que el templo antoniano pasó de ermita a templo hacia 1535 - 1540, pues fue agrandada, construyéndose una capilla mayor y crucera. La obra la ejecutó Pedro Henestosa para Don Mateo de Taxis, el cual fundó el 13 de Marzo de 1535 el mayorazgo de los Vizcondes de Valoria. Es posible por tanto que esto conllevara a no dar del todo un dato exacto.

Y es posible también que hubiera podido contemplar pequeños restos derribados del templo de la Piedad por la calle López Gómez.

En fin un dato más.

Otro dato es, y éste si se acerca más a la realidad histórica, la más que posible estancia de la cofradía de la  Piedad, tras la marcha de los Genoveses de Valladolid, en la ermita de San Roque por un espacio corto de tiempo.
Parece ser que de este trato se tomó nota y constancia ante un escribano. Además los cofrades siguieron realizando su labor caritativa.

Así lo reflejaron tanto Antolinez de Burgos, como Matías Sangrador:

“Al mudarse la corte, en tiempos del emperador la cofradía de los Genoveses se deshizo, y poco después algunos vecinos de Valladolid se juntaron y la fundaron de nuevo en la ermita de San Roque, fuera del Puente Mayor, ermita que posteriormente pasó a formar parte del convento de Nuestra Señora de la Victoria. Los cofrades dieron a los religiosos, de la orden de los Mínimos, la ermita de San Roque con el beneplácito de la villa, reservándose para sí la capilla mayor, una sala y un vergel, lo cual consta mediante escritura otorgada ante Antolín de Villarroel, escribano de número, tomando posesión en 1 de enero de 1.544 ante el escribano Lázaro de Ovalle, posteriormente se concertó con los cofrades el 17 de septiembre de 1.595, ante el escribano y notario Amador de Santiago, que estos dejaran la capilla mayor y todo lo demás mediante el pago de una cantidad económica, también manifestado por Matías Sangrador quien además agrega que no obstante de estas cesiones los cofrades de San Roque celebraban allí sus fiestas.



Manuel Canesi también apunta este mismo dato:

“El convento consagrado a Nuestra Señora de la Victoria, extramuros de Valladolid, que es de la orden de los padres Mínimos de S. Francisco de Paula, y el segundo que se fundo en la provincia de Castilla la Vieja, tiene su situación fuera del puente mayor, en una ermita que antiguamente estuvo dedicada al glorioso S. Roque. Y hay opinión que, en su principio fue hospital, y cuando se la entregaron a los religiosos lo era con el título de este Santo, para curar llagas canceradas y pestilentes, cuya limpieza y aseo de su culto corría a cargo de una ilustre cofradía de su advocación, enriquecida hasta estos días; y con beneplácito de esta ciudad, se les dio la posesión de todo, reservando para si la cofradía la capilla mayor, una sala y un vergel, de que se otorgó escritura ante Antonio de Villarreal (o según otros Antonio Villareal), escribano del Nº.



[1] Valladolid, recuerdos y grandezas.
[2] Antolinez de Burgos.
[3] Matías Sangrador.
[4] Manuel Canesi Acevedo.

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