viernes, 21 de diciembre de 2012

Que Cristo renazca en nuestras vidas


Evangelio según San Lucas (Lc 2, 1-14)

Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo.
Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.
Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.
Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.

Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño.
Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.
El ángel les dijo:

«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»
Palabra de Dios.

Desde este blog, dedicado en su mayor parte a nuestra hermandad, sin obviar otro tipo de noticias o datos de interés... Desearos a todos, os llaméis como os llaméis, provengáis de donde provengáis, pues acogemos a todos: simpatizantes, lectores, curiosos, cofrades, semanasanteros, amigos, pucelanos,.... una Muy Feliz Navidad y Bondadoso Año 2013.


Que Cristo, Nuestro Bien, renazca de nuevo en nuestras vidas y en nuestros corazones.
Que sea la Luz que nos ilumine en esos días de penumbra.
Que sea la Sal que nos condimente cuando nos falte la Fé.
Que sea el Norte de nuestra Vida, que su brújula nos guíe por su senda.
Que su Amor nos cobije, que su Aliento nos anime.
Que no decaigamos nunca, ÉL siempre está ahí...

Terminamos y os dejmaos con esta preciosa Oración de San Ignacio de Loyola:

"Tomad Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria,
mi entendimiento y toda mi voluntad.
Todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis, a Vos Señor lo torno.
Todo es vuestro, disponed de toda nuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia que éstas me bastan".
Amén.

San Ignacio de Loyola

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