lunes, 20 de diciembre de 2010

LA MERCED da PASO a EL CARMEN: Historia de una imagen transformada.

Como ya comentamos hace unos días, la relación entre la Orden de la Merced y algunos cofrades de la Piedad ha sido un hecho. Tras intercambiar opiniones y conocernos personalmente la colaboración ha empezado a funcionar y una primera muestra de ello es el interés por la historia común que nos une.

El Padre Mario Alonso Aguado, doctor en Hª de la Iglesia, de su arte y de su patrimonio, refleja muy bien en sus artículos ese gran conocimiento, en algunos casos minucioso y detallista, de hasta que punto la historia nos depara sorpresas.

Como el artículo que a continuación exponemos y que muy amablemente nos ha cedido al blog para disfrute y deleite de todos los Vallisoletanos.


"A los estudiosos y curiosos del mundo del arte en general, las pesquisas e indagaciones nos llevan a veces a descubrir hechos insólitos y llamativos como el que vamos a referir en el presente artículo. El viajero inquieto que se adentre por las calles y vericuetos de la ciudad de Valladolid escudriñando el contorno de su renombre histórico puede recaer en la perplejidad de Góngora: “¿Vos sois Valladolid?”. Porque la capital de la vieja Castilla es una ciudad pujante y emergente que recupera, con decisión y satisfacción, las trazas de su mejor porte. Nada tiene que ver con la imagen que ofrecía en los años de nuestra adolescencia estudiantil, cuando el escritor Francisco Umbral la describió como “un viejo galeón desguazado entre fábricas”.
Si recalamos en la remozada Iglesia de la Virgen de San Lorenzo, patrona de la ciudad, admiraremos en su exterior la torre gótica, que como centinela parece vigilar desde su aspecto acastillado, o su bella portada neoclásica. Ya en el interior, nuestra mirada repara en la imagen de la patrona de Valladolid, que llegó a la ciudad del Pisuerga procedente de la localidad toledana de Consuegra, en época medieval, en tiempos de leyendas y apariciones. Pero, no es ella la protagonista de nuestra historia si no una supuesta Virgen del Carmen venerada al fondo del templo, y que en realidad es una imagen de la Virgen de la Merced transformada.
La advocación del Carmen llegó a la Iglesia de San Lorenzo con ocasión de la exclaustración y desamortización decimonónica. La V.O.T. del Carmen estaba establecida en el desaparecido convento de carmelitas calzados. Veneraban una Virgen del Carmen, obra de Claudio Cortijo, que salió del convento buscando nuevo aposento. En 1848 los seglares carmelitas se asientan con su imagen mariana en San Lorenzo, y allí aumenta el número de sus miembros y expanden la devoción a la Virgen. Cuando las Órdenes religiosas se restauran, los carmelitas descalzos se instalan, en 1893, en la amplia iglesia monacal de San Benito el Real. Es entonces cuando la Venerable Orden Tercera del Carmen se traslada con su imagen hasta San Benito. Ello motiva que la feligresía de San Lorenzo proteste fuertemente por el traslado, ya que el fervor a la Virgen del Carmen había calado hondo en la misma. El Cardenal Antonio María Cascajares, Arzobispo de Valladolid, media en la protesta y, para solventar el caso, decide donar una nueva imagen para su veneración. La talla en cuestión procedía del entonces Museo Provincial de Bellas Artes –hoy Museo Nacional Colegio de San Gregorio, denominado por muchos como “El Prado de la Escultura”- La imagen fue cedida mediante una Real Orden fechada el 9 de mayo de 1893. En los inventarios del Museo figuraba como una “Virgen de la Merced”, datada en el siglo XVII y perteneciente a la Escuela Castellana, siguiendo los modelos iconográficos de Gregorio Fernández. Escultura de gran calidad y acabado perfecto. Posee elegancia y suavidad en el rostro y tiene, en la parte trasera de su capa, los típicos pliegues que repiten formas geométricas y duras con perfiles angulosos propios del escultor sarriano.
La imagen fue bastante trasformada, los escapularios mercedarios fueron tornados por los carmelitanos. El escudo de la Merced que tenía al pecho fue sustraído, todavía hoy conservaba los engarces; el amarfilado blanco de su túnica y escapulario fueron repintados de color marrón, y un nuevo Niño, desafortunado y poco acorde con el estilo de la Madre, fue puesto en su brazo izquierdo.
¿Pero, de dónde procedía realmente la imagen de la Merced? ¿Cómo había llegado hasta el Museo? El pie al descubierto lo evidencia, la imagen provenía del Convento de San José de Valladolid, perteneciente a los mercedarios descalzos, que poseían, en el decir del historiador Antolínez de Burgos, una iglesia “de las más acabadas, más curiosas y más pulidas de esta región”. La imagen fue venerada en su plural de las Mercedes y gozó de gran devoción, hasta llegó a ser procesionada por las calles de Valladolid como lo evidencian las ranuras de su peana. En algún documento se la denomina “N. Madre la grande”.
He aquí la historia, algo rocambolesca, que padeció esta imagen de la Virgen de la Merced con su transformación, y que hoy, tras 116 años, aguarda a que una acertada restauración la devuelva a su estado primigenio, recobrando su primitivo esplendor y su auténtica advocación."


Mario Alonso Aguado (de la Orden de la Merced, Valladolid)

No hay comentarios: