jueves, 1 de septiembre de 2011

SAN SIMÓN DE ROJAS: SANTO VALLISOLETANO y CONTEMPORÁNEO DE NUESTRA HERMANDAD




PEDRO ALIAGA ASENSIO, O.SS.T., San Simón de Rojas. Un Santo en la Corte de Felipe III y Felipe IV, Biblioteca de Autores Cristianos, MMIX, 581 Págs.

Documentado estudio biográfico y doctrinal acerca del santo, vallisoletano y trinitario, San Simón de Rojas, elaborado por otro trinitario de nuestros días, el P. Pedro Aliaga.


Un santo al que se le reconocieron sus virtudes heroicas y al que se le beatificó, elevándolo a la gloria de los altares, en el siglo XVIII; y al que, dos siglos más tarde, Juan Pablo II, Papa ya beatificado, lo canonizó el 3 de julio de 1988 antes de clausurar el Año Santo Mariano.


Nuestro protagonista vio la luz en la ciudad de Pisuerga un 28 de octubre de 1552, en una casa que la tradición sitúa en el terreno que hoy ocupa una de las capillas laterales de la inconclusa catedral vallisoletana. A la edad temprana de doce años ingresa como religioso en el Convento Trinitario de Valladolid. Los cronistas trinitarios sostienen que fue Alfonso X quien donó a los Hijos de San Juan de Mata un palacio o edificio, situado cerca de la iglesia de San Llorente, donde actualmente se venera a la patrona de Valladolid, para edificar su convento. Sin embrago, otros historiadores sostienen que por aquellas calendas la villa no se había extendido aún por aquellos lares y la donación, si es que llevó a haberla, sería únicamente del terreno.


Lo cierto es que los trinitarios siempre sostuvieron el carácter real de su convento vallisoletano. En ese Valladolid conventual, repleto de la peculiar y rígida espiritualidad “barroca”de la época, fue ordenado sacerdote en 1572. Tras la ordenación presbiteral marcha a Salamanca en cuya famosa universidad cursará sus estudios teológicos. Más tarde lo encontramos en la ciudad imperial de Toledo siendo profesor de filosofía y teología.


Su amplia preparación y la estima que tenía en su Orden le valieron los cargos para los que fue elegido y las responsabilidades a las que fue llamado. Fue en dos ocasiones Visitador Apostólico de la Provincia trinitaria de Castilla y una de la de Andalucía. Su fama trascendió los muros de los claustros y tuvo bastante autoridad política en la sacralizada España del momento, siendo requerido en la Corte para ser preceptor de Infantes o confesor de la reina Isabel de Borbón, primera esposa del rey Felipe IV.
La historia le recuerda por su gran devoción a la Virgen, fundando en su honor la Congregación de Esclavos del Dulcísimo nombre de María, para el servicio de pobres y enfermos de Madrid, de ahí que sea conocido como El apóstol del Ave María.


La iconografía se hizo eco de esta faceta biográfica de nuestro santo, tan influyente en su rica espiritualidad mariana; por eso los pintores, grabadores y escultores lo representan ligado a alguna figura de María.


El libro que presentamos se estructura en seis densos capítulos, precedidos de una amplia introducción, teniendo como apéndice final un total de once interesantísimos documentos. Don Luigi Mezzadri, Director del Departamento de Historia Eclesiástica de la Facultad de Historia Eclesiástica y Bienes Culturales de la Iglesia, de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, corre a cargo del Prólogo, breve pero esclarecedor. La densidad y complejidad de la obra nos lleva a conocer más a fondo la sociedad de la época, los personajes que la pueblan, los problemas sociales que acontecen y la tenebrosa mentalidad que impera. Sin duda, un estudio biográfico bien presentado, escrito con rigor histórico utilizando fuentes fidedignas. Tras su lectura sentimos a San Simón de Rojas un poco más cercano y conocemos más en profundidad al ortodoxo trinitario que fue y que gozó de la estima de sus contemporáneos, ejerciendo sobre ellos una notable influencia benéfica.

fray MARIO ALONSO. (P.O. de la MERCED)

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