miércoles, 1 de abril de 2020

Triduo al Cristo de la Humildad y al Entierro de Nuestro Señor.

Infografía cortesía Juan Carlos Urueña.
Segundo día del triduo a nuestras imágenes.
Voy a permitirme una pequeña licencia... 

Hoy queremos hacer oración ante Cristo en la Cruz, aquella imagen que nuestra hermandad dispuso en tiempos pasados: El Cristo de la Sagrada Lanzada.

Imagen que lamentablemente no ha llegado hasta nuestros días, que es posible, o bien que aún no hemos sido capaces de saber realmente donde se encuentra.

Y ante este Cristo crucificado, nuestro Cristo de Piedad, queremos ofrecer hoy el día y las intenciones y oraciones de este Triduo.


En esta tarde, Cristo del Calvario,

Vine a rogarte por mi carne enferma;
Pero, al verte, mis ojos van y vienen
De tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
Cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
Cuando las tuyas están llenas, llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
Cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
Cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,

Huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
Se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y sólo pido no pedirte nada,
Estar aquí junto a tu imagen muerta,
Ir aprendiendo que el dolor es sólo
La llave santa de tu santa puerta.
Ir aprendiendo que el dolor es sólo
La llave santa de tu santa puerta.



CRISTO DE PIEDAD:

Y Jesús entregó su alma a Dios; el cielo lleno de nubarrones negros comenzó a descargar agua, luego granizo. Al poco se levanto un aire fuerte, hacía frío, mucho frío; nadie podía aguantar en pie en aquel monte del Calvario.

A lo lejos Juan vio que se acercaban dos hombres, uno de ellos entregó al centurión un pergamino. Lonjinos, con su caballo se acercó, el soldado se lo entregó y éste leyó lo que allí estaba escrito .
Pilatos había concedido a José de Arimatea poder enterrar el cuerpo del Señor en un sepulcro nuevo.

Pero Lonjinos, antes de entregarles a esos dos hombres el cuerpo del rey de los judíos, quiso cerciorarse de que realmente estaba muerto.

Giro su cabalgadura, se aproximó a la cruz, tomo su lanza y se la clavó en su costado.
Al punto, salió sangre y agua.
Juan que vio todo esto, lo conservó en su corazón.

Unos 70 años después escribiría:

"...él que lo vio da testimonio de ello, y sabe que su testimonio es verdadero y que dice verdad, para que también vosotros creáis que Jesús, es Cristo el Hijo de Dios..." 


Nosotros a veces también tenemos miedo, somos seguidores de Jesús en secreto, como Nicodemo o José de Arimatea, que en privado eran fervientes seguidores suyos, pero que delante de los demás eran un poco cobardes. Al final quisieron borrar su culpa y se atrevieron a pedir su cuerpo y enterrarle.

Cristo de Piedad ayúdanos a ser valientes, a dar testimonio tuyo siempre, sin miedo, ni vergüenza.
Que nadie nos haga renegar de ti, que tu Evangelio sea siempre nuestro camino y nuestra luz.

Cuenta la leyenda que Lonjinos en ese momento, en el que al traspasar el costado de Cristo le llegó a sus ojos su sangre y su agua, comenzó a creer en Él.

Cristo de Piedad, que seamos capaces siempre de creer en Tí, que no hace falta verte para saber que estás a nuestro lado y nos ayudas. Danos una Fe fuerte para seguirte.



https://www.youtube.com/watch?v=4rWrzqHLubA


https://www.youtube.com/watch?v=7pU8hC9Ipgs

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