martes, 31 de marzo de 2020

Triduo al Cristo de la Humildad y al Entierro de Nuestro Señor.

En estos días también estaba previsto realizar el triduo a nuestros dos titulares, imágenes que antaño, nuestros hermanos que nos precedieron en la cofradía, tuvieron a bien costear para el bien de la Piedad.

Estas dos escenas son:
El Santísimo Cristo de la Humildad
Y el Entierro de Cristo.

Es por ello que queremos seguir haciendo pequeñas reflexiones y un rato de oración en torna a ellas; para que, por su intercesión, nos ayuden a superar esta terrible situación.

AQUÍ TENÉIS AL HOMBRE:

Pilato ya está cansado con los judíos, en especial con Caifás; si fuese por él, soltaría a Jesús. No ve nada malo, nada para castigarle más. Cree que es inocente, pero ... 

Pedro quiere acercarse, ha renegado ya dos ves de su amigo: de todas formas no es consciente de lo que le dijo Jesús cenando...

"Esta noche antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces".

Hace frío, y quiere calentarse en el fuego que han preparado en el patio, pero uno de los siervos del sumo sacerdote lo conoce, sabe que es amigo de Jesús.
El judío le interpela y Pedro niega por tercera vez a su amigo.
Canta un gallo y Pedró , ahora sí, se acuerda de aquello y rompe a llorar...

Se atisba el alba, los primeros rayos de sol aparecen, Jesús fue llevado al Pretorio, al lado se levantaba majestuosa la torre Antonia, estancia del procurador romano.
Pilato salió afuera, al lugar que se conoce como el "Enlosado", enorme empedrado que cubría el patio central  de la fortaleza Antonia.
Jesús fue allí puesto por dos romanos, llevaba una corona de espina en su cabeza, un manto color púrpura y una caña entre sus manos; querían mofarse de Él, pues era el Rey de los Judíos.

Y es que Poncio Pilato, unos minutos antes le había preguntado a Jesús si era verdad eso que se decía de él. El Nazareno le contestó lo siguiente "Mi Reino no es de este mundo"; dando por zanjada la cuestión. 

Pero el Romano arrogante y cobarde, dijo a la muchedumbre:

"Ecce Homo" (Aquí tenéis al hombre), yo no encuentro nada malo en él, juzgarle según vuestras costumbres"

El pueblo exaltado no quería oír eso, quería una condena en firme...
Y Pilato lavándose las mano se lo entregó para crucificarlo.

Señor de la Humildad, que ejemplo tan grande en aquellos momentos terribles.

Nos demostraste a todos nosotros que la humildad, la sencillez, es lo que nos debe caracterizar como seguidores tuyos que somos.

Ayúdanos Señor, especialmente ahora, en estas circunstancias tan difíciles que como sociedad nos toca vivir.


Que seamos pacientes, ayúdanos a ello.



ORACIÓN


Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. 

Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo.

 Amén.

sábado, 28 de marzo de 2020

Quinario a Nuestra Señora de la Piedad 2020 (5ª día)

Quinto día de orar junto a María y con María...


Hoy nuestros nuevos hermanos cofrades habrían recibido, o mejor dicho, se les habría impuesto la medalla de nuestra Madre, que les hace ser cofrades de nuestra hermandad.


A todos ellos les mandamos nuestro abrazo más fraternal y les acogemos con cariño en nuestra cofradía; estoy seguro que el año que viene la recibirán con muchísima más ilusión.



Hoy también estaríamos celebrando su tradicional besapié; que ese gesto de amor y cariño lo realicemos con quien tenemos más cerca, estoy plenamente convencido de que nuestra Madre lo agradecerá infinitamente, es más, es lo que seguramente quiere que hagamos.



MARÍA RECIBE EN SUS BRAZOS A SU HIJO

Después de ese abrazo maternal, Juan levanta la vista, vuelve a mirar a su Maestro, le sigue viendo sufrir, cada vez más. El suplicio es desgarrador.Y en ese momento clama a lo alto:

"Eloi,  Eloi, lama sabactani?" (Dios mío , Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)

María siente que su Hijo está solo, que pide respuestas para lo que le ha sucedido, pero no... en su corazón sabe que Dios está con Él, que es en esos momentos cuando siente más de cerca su presencia. ¿Qué padre deja solo a su hijo?
Ninguno.
Ella, su madre no lo había hecho, ¿lo iba a hacer Dios, su Padre?

Juan sufre, la Magdalena no puede mirar, llora desconsoladamente.
Saben ambos que el final está cerca, que su Maestro va a morir y que seguramente no lo vuelvan a ver. Quieren acercarse, pero otra vez el centurión les empuja hacia atrás.

María  no quiere dejar de mirar a su hijo, sabe realmente que el dolor es máximo, pero quiere acompañarle hasta el final.
Jesús también mira a su Madre, sus ojos casi cerrados transmiten un último gesto de amor y de vida para quién le trajo a este mundo.

Y sabiendo esto, que del Padre venía y que al Padre volvía. Exclamó:

"Padre, todo está cumplido, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Y dicho esto exhaló su vida; dejó de vivir en este mundo para vivir en Reino del Padre.

Lanzó un fuerte suspiro y su cabeza cayó sin vida.
María rompió a llorar amargamente, la Magdalena hace tiempo que lo hacía, la otra María se volvió, no quería mirar y Juan las abrazó a las tres.
Y al momento el cielo, ya negro, comenzó diluviar.

María esperó allí sentada, en el Gólgota, al pie de la Cruz... hasta que dos amigos: José  de Arimatea y Nicodemo le bajaron con una sábana y Ella lo acogió entre sus brazos.
A pesar del dolor inmenso, era lo que más anhelaba en esos momentos.

Y esta es la imagen que nos representa como hermandad, la Piedad, la madre con el hijo en brazos, el resumen de la Pasión.

A nosotros como cofrades nos pide hoy más que nunca que acojamos siempre, que nunca rechacemos a nadie, que estemos ahí siempre, al lado del otro, del hermano, esperando para ayudar y amar.

Amén



La Salve

Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
D- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
T- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

viernes, 27 de marzo de 2020

Quinario de Nuestra Señora de la Piedad 2020 (4º día)

4º día de nuestro quinario particular.
7 de Marzo de 2020.
Hoy debería haberse escuchado el pregón de nuestra Semana Santa en la Catedral de Valladolid.
Esperaremos al año que viene, sin duda todos lo estaremos deseando.

MARÍA NOS RECIBE A TODOS COMO A HIJOS:

María sigue contemplando la agonía interminable de su Hijo, el tiempo pasa muy lentamente, la poca gente que queda en la ladera del Calvario, observa desde la distancia la escena trágica.

Parece como que a Jesús le faltase el aire, le cuesta respirar y la boca la tiene reseca.
Pide de beber, dice a los que están cerca: "Tengo Sed".

Los romanos siguiendo con la mofa y el escarnio, le empapan en una esponja vinagre con hiel; se lo acercan a la boca pero Jesús se aparta, no le gusta.

El frío no se ha ido, el cielo cada vez está más negro, y el estruendo que antes se oía se hace más patente. Da miedo y los que por allí estaban se vuelven a Jerusalén.

Quedan los romanos, uno de ellos Lonjinos, y a escasa distancia Juan, María Magdalena, la otra María y María, la madre del Señor.
Juan observa a Jesús, a su Señor, le mira fijamente, sus ojos se clavan en los suyos... pareciera hacerle un gesto, como queriendo decirle algo, pero no atisba a verlo con claridad.

De repente Jesús trata de incorporarse, se vuelve apoyar con sus pies maltrechos en los clavos que los traspasan, expande el tórax, coge aire como puede, se apoya en los clavos de sus manos, emite un pequeño quejido, casi imperceptible y dice:

"Madre, ahí tienes a tu hijo; Juan, amigo, ahí tienes a tu Madre"

Juan mira a María, su madre desde entonces y llora, llora desconsoladamente y se abrazan, se abrazan fuertemente.

Desde entonces todos somos hijos de María y ella es nuestra Madre, que nos quiere, que nos ama, que nos protege, que nos cuida y nos ampara.
Qué gesto mas humano del Señor, nos regala a su Madre en el momento más difícil de su vida; y nos la da como ejemplo, para que todos imitemos sus virtudes y su forma de vivir.

Ella que dijo SÍ al Señor, nos pide a nosotros también que demos ese SÍ, nuestro Sí particular.
Ese Sí para:
.-ayudar a los demás...,
.-para entregarnos por el otro, por el hermano...,
.-por el que sufre, por el que no tiene nada...,
.-para que amemos y para que perdonemos...

Madre de Piedad, acógenos a todos tus hijos en estos momentos de zozobra y angustia, acoge y ayuda con tus maternales brazos, al personal sanitario, (médicos, enfermeras, auxiliares, celadores...) a los cuerpos, fuerzas y ejército de España, a los trabajadores de los supermercados y tiendas que nos proporcionan lo necesario, y a todos aquellos que están ayudando desinteresadamente, para que esta situación la pasemos cuanto antes.

Amén.

Ave María

Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

jueves, 26 de marzo de 2020

Quinario a Nuestra Señora de la Piedad 2020 (3er día)

Continuamos con este tercer día del quinario, quinario muy especial, quinario que nunca borraremos de nuestra memoria.

MARÍA: MADRE DEL PERDÓN

Los minutos pasan lentamente, el cielo sigue gris, hace frío, mucho frío; Juan está junto a ella y le echa un manto por los hombros; y por unos instantes le hace sentirse mejor. Pero eso dura poco...

... María recuerda a su Hijo,... apenas 5 días los vecinos de Jerusalén le habían recibido como a un Rey, agitaban sus palmas de olivo y le aclamaban con fervor y entusiasmo.

Cantaban en alto ¡Hosanna al Hijo de David!
El júbilo y el entusiasmo eran grandes, le aclamaban como el libertador de Israel.
Pero muchos no entendían nada.

María, sigue viendo a su Hijo en la Cruz, y trata de acercarse un poco; Juan le ayuda, pero el soldado,  Lonjinos así intuyó que se llamaba por la voz del otro centurión, no le deja, le echa apara atrás y le empuja hacia la ladera del Gólgota.

Y contempla como esos centuriones romanos se burlan de su Hijo, se reparten sus ropas, le insultan y se mofan de él... María sufre, se siente impotente, aquello es una agonía inaguantable.
Pero Jesús se incorpora, se apoya en los clavos del madero que taladran sus pies y exclama

"¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!"

Y María comenzó a recordar aquellas veces que su hijo perdonaba...

Perdonaba  y perdona sin mirar clases sociales, razas... perdona incluso hasta sus propios enemigos; estos romanos, en ese instante, lo eran; les perdona, perdona a todos, nos perdona a todos sin excepción.

Perdón, el perdón; ¡qué difícil es perdonar y saber perdonar!
¿Sé perdonar?, ¿perdono con la boca pequeña y luego no olvido?

"¿Cuántas veces tengo que perdonar, Maestro?, ¿Siete veces?".

Jesús le dice y nos dice a todos, no sólo 7 veces sino hasta 70 veces 7, es decir, hay que perdonar hasta el infinito, hasta el extremo.
El perdonó a sus verdugos estando en la cruz, eso es saber perdonar y sentirse en paz con todo y con todos.
Él sabía que había pasado por esta vida haciendo el bien.

Y hoy Nuestra Madre de Piedad, es también Madre del Perdón, mujer que supo aceptar aquello momentos y perdonó, perdonó al estilo de Jesús.
Nos dio ejemplo a todos nosotros, para que lo hagamos de igual manera.

Nosotros en estos momentos, donde la convivencia continuada, de 24 horas al día, puede a veces volverse difícil, sepamos perdonar, sepamos tener ese pequeño gesto que al otro le haga sentirse acogido, querido y perdonado.

Pidamos a María, nuestra Madre, por todas esas personas que en su vida sólo hay odio, ira, rencor... y no saben lo que es perdonar y sentirse perdonado.

Amén.


Oración de San Bernardo

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. 
Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! 
Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.


miércoles, 25 de marzo de 2020

Quinario a Nuestra Señora de la Piedad 2020 (día 2º)

Seguimos con nuestro Quinario particular a nuestra Madre de Piedad en su segundo día:

MARÍA EN EL CALVARIO:

Ahí sigue María en el Calvario, junto a Jesús... Impotente...
¿Qué puede hacer Ella por su Hijo?

Mira a un lado y a otro, no consigue ver nada, está totalmente desencajada, fuera de sí.

Y de repente oye a su Hijo que con voz casi imperceptible dice:

"Dio mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

Estas palabras le llegan al alma, y ella recuerda aquel momento, cuando el ángel Gabriel le dijo que había encontrado gracia ante Dios; y ella.... ella con un Sí rotundo dijo que ahí estaba para lo que el Señor demandase ...

"¿Era para esto, Señor?, para ver morir a mi hijo en una Cruz".

Y recordó el momento en el que se encontró con su Jesús, en ese primer Via Crucis de la historia, y quiso ayudarle.

Juan había ido corriendo hasta la casa del cenáculo, les dijo que habían apresado al Señor y que lo habían cargado con una cruz, que era reo de muerte... recordó como ella salió sin preguntar a nadie, rauda, veloz y fue a su encuentro, en esa calle de la amargura y allí en aquella esquina, desde lejos, le vio como cargaba con aquel enorme madero, para luego verle tropezar y desplomarse en el suelo, su rostro golpeó en la tierra y ella echó a correr para ayudarle a levantarse...

Se cruzaron sus miradas y a María se le partió el corazón; de nuevo se echó a llorar.


Llorar...  llorar es bueno, lloramos de alegría, de felicidad, lloramos por las personas que nos importan y también lloramos por tristeza, por pena, por la gente nuestra, cercana, que sufre. Incluso lloramos por aquellos que no conocemos aunque no nos toque de cerca... 

Hoy en esta primavera del 2020 estamos llorando, mucha gente esta llorando... por familiares enfermos, familiares y amigos que quizás no vuelvan a ver, lloran por  angustia, esa angustia que te hace un nudo en la garganta y en el estómago, y que como María te hace sentir impotente.

Pidamos a nuestra Madre de Piedad por todas esas personas que están solas en casa, por los mayores, sin nadie ahora mismo; o por aquellas otras postradas en la cruz del hospital, agarradas a un hilo de esperanza; pensemos y pidamos por todo el personal sanitarios y que están realizando una labor encomiable, generosa y entregada... Madre, ayúdanos a todos sin excepción.

Gracias Madre, pedimos por todos ellos y te pedimos también por nosotros desde nuestro lugar, donde nos toque, para que sigamos haciendo ese pequeño gesto que reconforte al que tenemos más cerca.

Amén.



Proclama mi alma la grandeza del Señor, 
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. 
Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. 
A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.

martes, 24 de marzo de 2020

Quinario a Nuestra Madre de la Piedad año 2020 (1er día)

Dada las circunstancias actuales  que como sociedad nos toca vivir este año no nos queda más remedio que celebrar y recordar a Nuestra Madre de la Piedad desde casa.

Hoy hagamos un pequeño acto de oración, pidámosle ayuda, que Ella interceda por nuestra nación, que España pronto se vea recuperada en su totalidad,
que este virus podamos derrotarle... que la vida nos vuelva a sonreír más pronto que tarde.

Y que por su intercesión Cristo nos ayude a todos y nos de la fortaleza y la paz necesarias para vivir y sobrellevar estos momentos de incertidumbre.

Quiero este año hacer una pequeña reflexión en torno a nuestra Madre...

.... Repasando momentos de su vida, los cuales para Ella debieron ser realmente difíciles, pues era su Hijo al que veía sufrir y padecer por el desamor y el egoísmo de la humanidad



MARÍA AL PIE DE LA CRUZ:

María Magdalena no puede apartar la vista de Jesús, clavado en la Cruz.
No se lo puede creer. A su lado María, la madre del Señor,  desolada, no hay consuelo posible para ella. El cielo se cubre de gris, un estruendo retumba en  todo Jerusalén, pareciera que la Tierra llorara su próxima muerte. 

Y María , la madre buena, la que le abrazó por vez primera en aquel establo de Belén, recuerda ahora con dolor aquellas palabras que el viejo Simeón le anunció y que entonces no era consciente de lo que podían signifcar.

Recordaba como fue con José al Templo y cómo llevaba entre risas y cantos a Jesús en sus brazos.
Subieron las escaleras y allí estaba el viejo Simeón, hombre sabio y justo, que sabía por revelación del Espíritu Santo, que no moriría hasta ver al Salvador.

Simeón tomó en brazos al mismo Jesús, el que ahora pendía de una cruz y dijo:

"Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel"

Simeón bendijo a esa sagrada familia y a María le dijo:

"Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten, será signo de contradicción. Y a tí, mujer,  una espada te atravesará el alma"

Y en ese momento notó como se le partía el alma y abrazándose a María Magdalena rompió a llorar.



Son momentos difíciles para María, para su amiga Magdalena... también nosotros ahora vivimos momentos duros, complicados...
Se pierde la fe, la esperanza, parece que todo está perdido, que nada tiene sentido.
Pero ahí está Cristo para entregarse por nosotros.
Ahí está Jesús en los brazos de Piedad de su Madre para amarnos hasta el extremo.

En estos días que nos quedan por vivir y por pasar... pensemos en toda esa gente que seguramente esté peor que nosotros, que necesitan ayuda, cariño y nadie puede dárselo.
Pidamos por ellas y en la medida de nuestras posibilidades ayudemos en  nuestro entorno a quien de verdad lo pueda necesitar, con un simple gesto sencillo y generoso.

Oración

Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.

jueves, 19 de marzo de 2020

NUESTRA GRAN HISTORIA DE PIEDAD

En estos tiempos difíciles que nos está tocando vivir como sociedad, donde todo parece que no tiene sentido y seguramente muchos pierdan la esperanza y se nos pasen  por la cabeza infinidad de preguntas cuestionándonos un sin fin de cosas... en ese momento es cuando uno se encuentra únicamente con la oración... Oración personal a Jesús hecho Dios... Dios del amor y Dios de la esperanza, de la misericordia y del consuelo... que nos ama por encima de todo.

Os dejo en esta nueva entrada una poesía escrita con todo el cariño para cofrades, hermanos, cristianos, vallisoletanos y españoles de bien que estamos deseando que esta terrible pandemia pase cuanto antes.

Ánimo, sigamos luchando, seguro... estoy convencido que nuestra Madre la Virgen de la Piedad nos ayudará a ello.

Nuestra gran historia de Piedad.

Valladolid es capital
y de las Españas ciudad,
de Castilla inmemorial,
de los océanos y de la mar.

Se prepara, presta está.
¡La “Semana Grande” llega!
También tu hermandad de Piedad,
de Penitencia y Caridad.

Siglo a siglo, cinco casi ya.
Año a año, cuatrocientos y más.
Tras semana a semana,
incontables “Santas” van.

Larga se hace la espera,
falta esa luna llena,
pasarán varias nuevas,
y llegar la primavera.

Pues así de esta manera,
Hermanas y parroquianas
te rezan y te veneran,
te quieren y te esperan.

Ya llega la Cuaresma:
Quinario, flores, velas,
rezos y cantos suenan.
¡ Y una Salve se estrena !

Lamentos de cornetas,
tambores que resuenan,
plegarias que presagian
esta gran historia nuestra.

Por penas y miserias
María interpela
a Cristo en el Gólgota,
“Perdón” y “Piedad” nuevas.



Las doce en punto ya dan.
Miércoles Santo se va,
aquel portón parroquial
de San Martín, abierto está.

Por él otra vez saldrá,
otro año, otra semana más
esta vieja penitencial
con su nombre de Piedad.

Y aquel Cristo en su “Humildad”,
vieja hechura devocional,
antiguo paso procesional,
de Rozas, “Ecce Homo” ancestral.

Jueves Santo, seis y media,
Cristo y los doce cenan ya.
Y el “Entierro” de Ribera
en escena aparecerá.

Viernes Santo, nueve y media,
Y Vos… Valladolid entera
a la Quinta Angustia esperas,
pues un año ha que anhelas
para mitigar su pesar
y compartir sus penas.

Dos pasos ya faltan, no más.
La Magdalena, San Juan,
El Lonjinos y su lanzá,
que a aquel Cristo de Piedad
al punto hacerle brotar:

Agua limpia de manantial,
“El agua Viva de verdad”.

Y la Cruz sola, de madera,
que en el Calvario a su vera,
la Virgen, “Nuestra Señora”,
antaño de la “Soledad”.

Y los cofrades recordar,
revivir, rememorar:
Nuestra gran historia de Piedad.

Madre que diste Vida.
Madre siempre de Verdad.
Aquella franciscana,
que Gregorio talló Soledad,
Ahora Quinta Angustia,
Y siempre, siempre: Nuestra Señora de la Piedad.

Protege a tus cofrades, a tu vieja hermandad,
pues sin duda te aman de verdad.

Amen.

Roberto Alonso Gómez
Valladolid, 14 de Febrero de 2020.