sábado, 2 de enero de 2021

La toma de Granada, 2 de enero de 1492.


Diez años antes, hacia 1481, el arrogante Muley Hacén, mandó un emisario a  los Reyes Católicos:

“Decid al Rey Castellano que las fábricas de Granada ya no acuñan monedas para cumplir los pagos, fabrican armas para luchar contra el enemigo”

Fue un tremendo error por su parte, tanta prepotencia llevó a su pueblo al abismo, al final de la presencia musulmana en suelo cristiano. El Rey Fernando, y esto entra dentro de la leyenda, dicen que dijo al oír estas palabras: "yo arrancaré uno a uno los granos de esa Granada”.

Y así fue, poco a poco Castilla y Aragón fueron recuperando tierras de esa España musulmana, que ocho siglos antes fue Hispania Visigoda y antes Hispania Romana. En esa verdad histórica se apoyaron siempre los Reyes de los reinos peninsulares, para que pudiese llegar el día en se pudiera dar de nuevo la reunificación de España. Y ese día llegó... pero antes Isabel y Fernando fueron dando pasos en este sentido; un primer paso fue en Valladolid, aquel 19 de octubre de 1469, donde se unieron en santo matrimonio ante el Arzobispo de Toledo, que no solo unió a un hombre y a una mujer sino a dos Reinos, a Castilla y Aragón.

Poco después darían un segundo, pues al vencer a lo rebeldes, se reafirmaron en el trono de Castilla ante la revuelta de algunos nobles que apoyaban a Juana la Beltraneja y muchos portugueses capitaneados por el Rey Alfonso y su hijo el príncipe Juan.

Y a partir de ahí comenzaron, (tras la ruptura del pacto por los moros, aquel 26 de diciembre de 1481 cuando tomaron Zahara),  a reconquistar aquellas villas y pueblos que se integrarían en la Corona de Castilla y luego en España, ya para siempre.

Pero faltaba Granada, ya en 1491 la situación de la ciudad nazarí era precaria, pues escaseaban alimentos y había principio de peste. Y es que Boabdil, que había pactado con Isabel y Fernando la entrega pacífica de la plaza, no daba su brazo a torcer y no cumplía lo firmado.A los Reyes de Castilla y Aragón se les empezaba a terminar la paciencia, prueba de ello es la ciudad de Santa Fé, que piedra a piedra fueron levantando a las afueras de la Alhambra para aumentar la presión sobre el pueblo granadino.

No cabía más remedio que la rendición. Gonzalo Fernández de Córdoba, el famoso Gran Capitán, Gutierre de Cárdenas y Hernando de Zafra fueron los encargados por parte del Rey Fernando de pactar las capitulaciones con Abul Cacim y Aben Comixa. Hubo reuniones en secreto para evitar que los exaltados musulmanes se percatasen, aquellas negociaciones se dieron en las noches de octubre y noviembre del año 1491 en la aldea de Churriana. 

Pero los exaltados y más radicales musulmanes se enteraron y hubo revueltas por Granada, lideradas por un fanático alfaquí. Fernando, cansado de esperar la ansiada entrega, amenazó a Boabdil con hacer en Granada lo mismo que hizo con Málaga. Boabdil no tuvo más remedio que suplicarle, pues temía por su familia, y al final claudicó.


El 25 de Noviembre de 1491 firmaron en el real de la Vega de Granada las capitulaciones. Ese documento histórico se guarda como oro en paño en el archivo de Simancas.

“Las capitulaciones mediante las cuales se hizo la rendición de Granada figuran entre los documentos más interesantes de toda la historia del Derecho de Gentes” Carriazo.

Lo más esencial de ellas:

1.-Los Reyes Católicos aseguran a los moros de Granada vidas y haciendas.

2.-Respetaron sus mezquitas y les conceden que practiquen libremente su religión.

3.-Conservaron sus usos y costumbres, pudiendo hablar su lengua y vestir sus ropas.

4.-Durante tres años no se les impusieron impuestos.

5.-Les respetaron sus escuelas, sus programas educativos y a sus santos alfaquíes.

6.-Se pactó un intercambio de cautivos moros y cristianos, para que nadie sufriese en este instante final.

7.-Les respetaron el uso del agua y abastos.

8.-Estos beneficios se extendieron a los musulmanes de las Alpujarras.

A cambio Boabdil se comprometió, que al cabo de 65 días a contar a partir del 25 de noviembre, a entregar a los Reyes Católicos todas las puertas, fortalezas y torres de la ciudad de Granada.

Y así sucedió, al anochecer del 1 de Enero de 1492 Boabdil envió a Santa Fé 500 rehenes para certificar la capitulación. Por su parte Isabel y Fernando confiaron a Gutierre de Cárdenas el honor de capitanear a 500 jinetes y 400 soldados para entrar en la Alhambra, para que llegara hasta la torre de Comares donde recibiría de Boabdil las llaves de la Alhambra.

Gutierre de Cárdenas ubicó por toda el palacio y su recinto amurallado guardias y saeteros, además de colocar pendones de Castilla, luego liberó a los cautivos cristianos y mandó que se celebrase la primera eucaristía “con las mayores lágrimas y devoción que nunca se vio, asy por el clérigo que la dezía como por todos los que allí estábamos y por muchos captivos, onbres y mujeres, que ende se hallaron”.  Luego envió a mensajeros para que en el Real, los Reyes y todo su consejo supieran lo ocurrido. Mandó alzar la Cruz, el símbolo de los cristianos, en lo alto de la torre y se dispararon tres cañonazos como señal convenida para que los cristianos fuesen hacia Granada.

Al amanecer toda Granada contempló la cruz cristiana en lo alto de la torre de la Vela y vieron ondear al viento granadino el pendón de Castilla y Aragón.

En aquella mañana del 2 de Enero, de hace hoy 529 años, los Reyes castellanos comenzaron a caminar desde el arenal del Genil camino de Granada; en la Alhambra esperaban el Conde de Tendilla, su nuevo gobernador y Gutierre de Cárdenas, además de soldados reales tremolando el pendón de Castilla.

Boabdil, apesadumbrado y abatido, montado en su hermoso caballo negro se acercó hasta los reyes de Castilla y Aragón, Fernando e Isabel, al llegar ante ellos hizo el intento de apearse del caballo para rendirlos pleitesía, Fernando lo detuvo y lo abrazó, no quiso hurgar más en la herida. Boabdil, que entres sus manos llevaba unas grandes llaves, de manera solemne le dijo: “Tomad Señor las llaves de vuestra ciudad, que yo y los que estamos dentro somos vuestros”(Aunque hay varia versiones más)

Otra de ellas dice así: "Señor estas son las llaves de vuestra Alhambra y ciudad: yd, señor y recivillas"

Luego se bajó del caballo se acercó a Isabel y besó su mano. 


Y es en este momento cuando la leyenda dice que los reyes devolvieron a Ahmed, el hijo de Bobadil, al que en Casilla se conocía  como "el  infantico", que estuvo bajo la tutela de los Reyes de Castilla desde la primera vez que apresaron a su padre en Lucena. El príncipe Juan, el hijo de los Reyes, lloró, pues eran muy amigos, se habían criados juntos.

Y un hecho insólito acaeció en ese mismo instante, una multitud de cautivos cristianos encerrados en la angustiosa cárcel, llamada de los Mártires, (pues las condiciones de vida eran tremendas y casi todos terminaban muriendo, por eso los cristianos la llamaron de los mártires, puesto que ninguno renunció a su fe en Cristo antes de morir) comenzó a bajar desde esa colina hasta el Darro y llegar hasta donde estaban los Reyes. Junto a ellos Fray Hernando de Talavera, que lloraba sin consuelo. Abría la procesión improvisada una enorme cruz y tras ella se oía el canto de los presos entonando el "Te Deum". Al llegar hasta allí Isabel y Fernando, en señal de respeto, se arrodillaron ante ellos y, dicen los historiadores, besaron las cruz "con las mayores lágrimas y devoción del mundo". Eran unos 700, estaban escuálidos, famélicos, daban angustiosa pena, los soldados castellanos también lloraron. Isabel ordenó que los llevaran a Santa Fé y cuidasen de ellos.

La Reina mandó construir en el cerro donde estaba la cárcel la primera ermita cristiana dedicada a los Mártires, bajo el nombre de San Sebastián, hoy todavía se pueden contemplar en el museo de artes de Granada unas pinturas de los restos de ese retablo.



Con el tiempo se levantaría allí un convento de Carmelitas y uno de sus priores fue un tal Juan de la Cruz en 1574, donde escribió "Noche oscura del alma" y "Cántico espiritual". Luego con el paso de lo siglos aquello se desamortizó y hoy es un terreno donde  a su lado se levanta el auditorio Manuel de Falla.



Boabdil durante un tiempo vivió en las Alpujarras, pero aquello se le hizo insostenible y se marchó junto a su madre, la sultana Aixa, su esposa la princesa Moraima, y su hijo el infantico Ahmed, a África. De ahí viene la leyenda de la colina del Suspiro del Moro, lugar desde donde se contemplaba la ciudad de Granada, su vega y su hermosa sierra.
Y todo por las famosas y célebres palabras que le dijo su madre al verle suspirar por Granada:
"Llora, hijo, como mujer lo que no supiste defender como hombre"





El resto ya es historia, los Reyes permanecieron en Granada hasta Junio para garantizar la estabilidad, nombraron Arzobispo a Fray Hernando de Talavera para comenzar la labor evangélica y Fernnado escribió cartas a villas, ciudades, pueblos y cancillerías extranjeras para anunciar tan grandiosa hazaña, incluso una a Roma; el Papa le contestó:

"Después de mucho trabajo, gastos y muertes de nuestros súbditos y naturales, este Reino de Granada, que sobre 700 años estaba ocupado por los infieles, en vuestros días y con nuestra ayuda se haya alcanzado el fruto que los Pontífices pasados tanto desearon... a loor de Dios y ensalzamiento de nuestra Santa Sede Apóstólica.".



Andrés Bernáldez, el famoso cura de los Palacios, escribió:

"E así dieron glorioso fin a su santa e loable conquista; e vieron sus ojos lo que muchos reyes e príncipes desearon ver: un Reino de tantas cibdades e villas e de tanta multitud de lugares, situados en tan fortídsimas e fragosas tierras, ganadoen diez años. ¿Qué fue esto, sino que Dios los quiso proveer dello e darlo en sus manos?"

Y así fue como Granada se hizo Castellana un 2 de Enero de 1492.


Roberto Alonso Gómez.
Valladolid 2 de Enero de 2021, en el 529º aniversario de la conquista de Granada.

Bibliografía:
José María Javierre, "El enigma de una Reina", ed Sígueme, 2004