lunes, 6 de abril de 2020

Lunes Santo, 6 de Abril de 2020

Dibujo Roberto Alonso
Nuestra protagonista despertó, lo hizo recordando el día tan magnífico vivido el Domingo de Ramos; el Lunes Santo también presagiaba una jornada espectacular. Decidió hasta que dieran las 8 de la tarde, y estar a las puertas de la Vera Cruz, recorrer Iglesias y Conventos para conocer un poco más de cerca a las diferentes cofradías: sus pasos, su historia, su patrimonio, ... se pasó buena parte de la mañana yendo de acá para allá.

Tomó un respiro para comer y después de un rato de descanso y sobremesa, se arregló y se encaminó hacia la Iglesia de la Vera Cruz. La tarde comenzaba a declinar, los comercios del centro de la ciudad comenzaron a cerrar y sus vecinos se preparaban para asistir a la procesión.

Nuestra amiga hacia allá se encaminó, justo en la esquina de Platerías con Macías Picavea, buscó un sitio y esperó; dieron las 8 y las puertas del templo penitencial se abrieron, dos cofrades de la hermandad de la Vera Cruz se encargaron de ello.
Y poco a poco la procesión del Rosario del Dolor se puso en marcha.

Salió la cofradía de la Oración del Huerto, con cofrades y hermanas de devoción y al poco apareció el paso de la hermandad, obra que el escultor Andrés de Solanes talló alrededor de 1629.

Dibujo: Roberto Alonso
Vestían de verde olivo y negro, colores apropiados sin duda.

Les siguieron unos de blanco y azul celeste, portaban a una imagen bellísima de Gregorio Fernández: "Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna", de 1619.
Acompañaban cofrades de luz, manolas y niños con columnas pequeñas como hachón. Al salir la imagen la marcha Real fue interpretada, el pueblo fiel escuchaba con atención, no se oía nada, ni si quiera un susurro, la expectación era máxima.

La tercera hermandad en salir fue la de los Artilleros, como en las anteriores acompañaban niños y niñas de la cofradía, cofrades y manolas que alumbraban a la imagen del Ecce Homo de la cofradía de la Vera Cruz, también imagen de Gregorio Fernández, de 1620; esta imagen en su día era parte integrante de una escena procesional más amplia: "La coronación de espinas".

Otra nueva hermandad aparecía en escena, era curioso no llevaban capuchón, palabra que usaban los lugareños para designar a cofrades y capirotes; era la Cofradía del Despojado.
Alumbraba al paso "Camino del Calvario" y que durante el año se conserva en el Museo de Escultura. También de Gregorio Fernández, escultor por antonomasia del barroco de Castilla.
Dibujo: Roberto Alonso

Se incorporó después la Cofradía de las Siete Palabras con el paso de la Crucifixión del Señor, obra de escultores castellanos con fecha algo imprecisa, pero que bien podría ser hacia 1650. 

Finalmente apareció la Virgen Dolorosa, al fondo de la Platería, imagen titular de La Vera Cruz y señera de la Semana Santa de Valladolid.
Escultura que ejecutó el escultor por excelencia, pero que lo hizo para el paso del Descendimiento, años después fue retirada de ese paso para recibir culto propio, pues su devoción era cada vez mayor entre las gentes y cofrades.

Recorrieron buena parte del centro de la ciudad rezando los misterios dolorosos del rosario; a lo largo del recorrido otras hermandades salían a las puertas de sus templos.
Era noche cerrada, la procesión lenta, parsimoniosa y en silencio, sólo roto por el rezo, fue pasando por calles y plazas ante un gran número de files, devotos y turistas que estos días recorrían la ciudad del Pisuerga.

https://www.youtube.com/watch?v=I-3OGTMcq4k


Dibujo: Roberto Alonso
Después de reponer fuerzas y tomar un refrigerio, se dirigió a la Iglesia de la Antigua, bellísimo templo con elementos del románico y gótico, de la cual cabe destacar la torre esbelta y hermosa.
El marco era incomparable, aunque el frío hacía mella en la ciudad castellana.

Desde allí partiría la procesión de la Buena Muerte, con el "Cristo del Olvido" y su cofradía titular, la de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor.

Llegaron al Real Colegio de San Albano, donde en siglos pasados los católicos ingleses, que querían ser curas, venían hasta aquí para prepararse para el ministerio sacerdotal.

Ante la Virgen de Vulnerata se hizo una acto de oración, sencillo y emotivo, para posteriormente regresar hasta el templo parroquial y sede de la hermandad.

https://www.youtube.com/watch?v=VHCZbfg0SNM

Era ya de madrugada y nuestra protagonista decidió retirarse a descansar, el día había sido intenso y todavía quedaba mucha Semana Santa.







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