martes, 24 de marzo de 2020

Quinario a Nuestra Madre de la Piedad año 2020 (1er día)

Dada las circunstancias actuales  que como sociedad nos toca vivir este año no nos queda más remedio que celebrar y recordar a Nuestra Madre de la Piedad desde casa.

Hoy hagamos un pequeño acto de oración, pidámosle ayuda, que Ella interceda por nuestra nación, que España pronto se vea recuperada en su totalidad,
que este virus podamos derrotarle... que la vida nos vuelva a sonreír más pronto que tarde.

Y que por su intercesión Cristo nos ayude a todos y nos de la fortaleza y la paz necesarias para vivir y sobrellevar estos momentos de incertidumbre.

Quiero este año hacer una pequeña reflexión en torno a nuestra Madre...

.... Repasando momentos de su vida, los cuales para Ella debieron ser realmente difíciles, pues era su Hijo al que veía sufrir y padecer por el desamor y el egoísmo de la humanidad



MARÍA AL PIE DE LA CRUZ:

María Magdalena no puede apartar la vista de Jesús, clavado en la Cruz.
No se lo puede creer. A su lado María, la madre del Señor,  desolada, no hay consuelo posible para ella. El cielo se cubre de gris, un estruendo retumba en  todo Jerusalén, pareciera que la Tierra llorara su próxima muerte. 

Y María , la madre buena, la que le abrazó por vez primera en aquel establo de Belén, recuerda ahora con dolor aquellas palabras que el viejo Simeón le anunció y que entonces no era consciente de lo que podían signifcar.

Recordaba como fue con José al Templo y cómo llevaba entre risas y cantos a Jesús en sus brazos.
Subieron las escaleras y allí estaba el viejo Simeón, hombre sabio y justo, que sabía por revelación del Espíritu Santo, que no moriría hasta ver al Salvador.

Simeón tomó en brazos al mismo Jesús, el que ahora pendía de una cruz y dijo:

"Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel"

Simeón bendijo a esa sagrada familia y a María le dijo:

"Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten, será signo de contradicción. Y a tí, mujer,  una espada te atravesará el alma"

Y en ese momento notó como se le partía el alma y abrazándose a María Magdalena rompió a llorar.



Son momentos difíciles para María, para su amiga Magdalena... también nosotros ahora vivimos momentos duros, complicados...
Se pierde la fe, la esperanza, parece que todo está perdido, que nada tiene sentido.
Pero ahí está Cristo para entregarse por nosotros.
Ahí está Jesús en los brazos de Piedad de su Madre para amarnos hasta el extremo.

En estos días que nos quedan por vivir y por pasar... pensemos en toda esa gente que seguramente esté peor que nosotros, que necesitan ayuda, cariño y nadie puede dárselo.
Pidamos por ellas y en la medida de nuestras posibilidades ayudemos en  nuestro entorno a quien de verdad lo pueda necesitar, con un simple gesto sencillo y generoso.

Oración

Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.