...A partir de la disputa con
Así lo supone Narciso Alonso Cortés en si "Miscelánea".
Puesto que no hay más datos para poder contrastar.
Cambiando de tema, Casimiro
Gª Valladolid ofrece en su obra "Valladolid, recuerdos y grandezas",
un dato cuando menos erróneo. Apunta que:
“Desde muy antiguo, año 1550, existió también en
Valladolid la iglesia Penitencial de la Piedad , la cual se levantaba en la que hoy es
calle de su nombre (a primeros del Siglo XX se denominada calle de la Piedad y que en la
actualidad constituye el primer tramo de López Gómez),de cuyo templo aún se
conservan en pie algunas de sus paredes"
Es dato conocido que la Iglesia de la Piedad no se inaugura hasta
el 19 de Agosto de 1662, por lo que es imposible que en 1550 existiera dicho
Iglesia Penitencial en Valladolid.
La única razón que explique al menos el error es que Don Casimiro, contemporáneo de la época en quela Piedad estaba establecida
en San Antón, considerase a esta Iglesia como propiedad de la Piedad desde sus inicios.
Ya que el templo antoniano pasó de ermita a templo hacia 1535 - 1540, pues fue agrandada, construyéndose una capilla mayor y crucera. La obra la ejecutó Pedro Henestosa para Don Mateo de Taxis, el cual fundó el 13 de Marzo de 1535 el mayorazgo de los Vizcondes de Valoria. Es posible por tanto que esto conllevara a no dar del todo un dato exacto.
Y es posible también que hubiera podido contemplar pequeños restos derribados del templo de la Piedad por la calle López Gómez.
La única razón que explique al menos el error es que Don Casimiro, contemporáneo de la época en que
Ya que el templo antoniano pasó de ermita a templo hacia 1535 - 1540, pues fue agrandada, construyéndose una capilla mayor y crucera. La obra la ejecutó Pedro Henestosa para Don Mateo de Taxis, el cual fundó el 13 de Marzo de 1535 el mayorazgo de los Vizcondes de Valoria. Es posible por tanto que esto conllevara a no dar del todo un dato exacto.
Y es posible también que hubiera podido contemplar pequeños restos derribados del templo de la Piedad por la calle López Gómez.
En fin un dato más.
Otro dato es, y éste si se acerca más a la realidad
histórica, la más que posible estancia de la cofradía de la Piedad , tras la marcha de
los Genoveses de Valladolid, en la ermita de San Roque por un espacio corto de
tiempo.
Parece ser que de este trato se tomó nota y constancia ante un escribano. Además los cofrades siguieron realizando su labor caritativa.
Así lo reflejaron tanto Antolinez de Burgos, como Matías Sangrador:
“Al mudarse la corte, en tiempos del emperador la
cofradía de los Genoveses se deshizo, y poco después algunos vecinos de
Valladolid se juntaron y la fundaron de nuevo en la ermita de San Roque, fuera
del Puente Mayor, ermita que posteriormente pasó a formar parte del convento de
Nuestra Señora de la
Victoria. Los cofrades dieron a los religiosos, de la orden
de los Mínimos, la ermita de San Roque con el beneplácito de la villa,
reservándose para sí la capilla mayor, una sala y un vergel, lo cual consta
mediante escritura otorgada ante Antolín de Villarroel, escribano de número,
tomando posesión en 1 de enero de 1.544 ante el escribano Lázaro de Ovalle,
posteriormente se concertó con los cofrades el 17 de septiembre de 1.595, ante
el escribano y notario Amador de Santiago, que estos dejaran la capilla mayor y
todo lo demás mediante el pago de una cantidad económica, también manifestado
por Matías Sangrador quien además agrega que no obstante de estas cesiones los
cofrades de San Roque celebraban allí sus fiestas.
Manuel Canesi también apunta este mismo dato:
“El convento consagrado a Nuestra Señora
de la Victoria ,
extramuros de Valladolid, que es de la orden de los padres Mínimos de S.
Francisco de Paula, y el segundo que se fundo en la provincia de Castilla la Vieja , tiene su situación
fuera del puente mayor, en una ermita que antiguamente estuvo dedicada al
glorioso S. Roque. Y hay opinión que, en su principio fue hospital, y cuando se
la entregaron a los religiosos lo era con el título de este Santo, para curar
llagas canceradas y pestilentes, cuya limpieza y aseo de su culto corría a
cargo de una ilustre cofradía de su advocación, enriquecida hasta estos días; y
con beneplácito de esta ciudad, se les dio la posesión de todo, reservando para
si la cofradía la capilla mayor, una sala y un vergel, de que se otorgó
escritura ante Antonio de Villarreal (o según otros Antonio Villareal),
escribano del Nº.
[2] Antolinez
de Burgos.
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