lunes, 18 de marzo de 2013

Mis respetos señora, señora de Castilla, señora de España


Uno que es de Valladolid y "a mucha honra", como dirían en mis pueblos, por cierto vallisoletanos también, de la provincia,  cuando encuentra palabras como las que ahora leeréis se siente si cabe todavía  más orgulloso de serlo y de sentirlo.
Estamos a 3 días para que comience nuestra Semana Santa, ¿puede haber algo más hondo y sentido, para un vallisoletano, y que le conmueva más que nuestra Semana Grande?

Creo que pocas cosas más, por no decir ninguna, pueden expresar mejor nuestra identidad, nuestra forma de ser, de vivir y de sentir.
Nuestra procesiones, por 5 veces centenarias, esas que conmovían y siguen conmoviendo a fieles y visitantes...
Nuestra imágenes procesionales, hechas de madera, de esa madera de los pinares de Castilla, donde el amor de los imagineros por la pasión de Cristo se hizo eterna...
Nuestras Cofradías... todas ellas con sus peculiaridades e historias, pero 6 de éstas, las de antaño, con mucho peso e historia, pues fueron y son la caridad, ayuda, entrega, oración, penitencia y piedad de un pueblo que vive y siente cuando contempla a Cristo en la cruz y a su Madre en su Soledad...representado por todos sus cofrades y el pueblo de Valladolid, que es partícipe del drama...

Valladolid: tu historia y tu pasado; tus Iglesias y tus Conventos; tu arte y tu patrimonio; tus gentes de ahora y de entonces, Castilla y España, Reyes y nobles, campesinos y labriegos, pueblo llano y humilde, por todos ellos y para ellos vaya el reconocimiento más especial y entrañable en estos días santos que se avecinan.

Que si es cierto que nuestra Semana Santa nos mueve a compasión... que siga dando sus frutos los 365 días del año, que la gente con problemas encuentre el apoyo y la ayuda necesaria en todos nosotros, a la espera del próximo Viernes de Dolores donde volveremos a retomar fuerzas...
Que Valladolid se sienta orgulloso se sus Vallisoletanos, como parecía estarlo este periodista cuando pronunció estas palabras:


TRANSCRIPCIÓN LITERAL DE LA INTERVENCIÓN DE F. ÓNEGA
EN EL PROGRAMA "LA BRÚJULA" DE ONDA CERO

 
Muy buenas noches Valladolid. Yo soy el furgón de cola del tren de la radio que va por las ciudades de España probando melancolías, pregonando grandezas y cantando admiraciones. Y cuando Alsina me anunció: "Próxima estación, Valladolid", sentí vértigo, porque la capital de Castilla no me cabe en una crónica.

Decidme cómo hablo en un minuto de su historia, que es la historia de España y del imperio español, con su corte y sus reyes, y la mitad de la novela picaresca del Siglo de Oro inspirada en sus calles. 

Decidme cómo me refiero a su provincia, si sólo los vinos prodigiosos de la Ribera y de Rueda son una antología de la excelencia.

Decidme cómo hablo de esos grandes pueblos que suenan a leyenda y a reinas, las Medinas del Campo y de Rioseco, Simancas, Tordesillas, Olmedo, Villalón de Campos... Si todo en tu provincia es histórico y monumental, Valladolid.

Y decidme cómo describo la capital, si tienes la primera plaza mayor diseñada del país. Si he contado dieciséis museos en tus guías, si he entrado en siete iglesias y no sé con cual quedarme. En unas por el románico, en otras por el gótico, en varias por sus pinturas y en muchas por sus retablos y las esculturas de los más grandes: Gregorio Fernández, Berruguete o Juan de Juni. Y las casas de Colón, Cervantes y Zorrilla, y el castillo de los Comuneros. Y las Huelgas Reales.



Así que no te describo, Valladolid, simplemente te saludo, tierra de Umbral, de Delibes y de tantos genios. Simplemente os envidio, vallisoletanos. Daría un trozo de alma por un pedazo de pan lechuguino, cambiaría cien placeres por unas cocadas y unos bizcochos de Santa Clara. Del vino no os hablo, porque tengo mi casa inundada de Ribera y el orgullo de ser pregonero de Rueda en Madrid.

Y hoy, como cada año, vivo con el propósito de estar ahí en tres semanas, porque entonces será la solemne, la majestuosa, la impresionante Semana Santa de Valladolid. Preparo el corazón y los sentidos, y me limito a decir: mis respetos Señora. Señora de Castilla, Señora de España.

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