viernes, 15 de marzo de 2013

Lugares de Pasión: El palacio de Herodes

EL PALACIO DE HERODES
“… y al saber que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, lo remitió a Herodes, que se encontraba por entonces en Jerusalén” (Lc 23,7)

"...Pilato preguntó si aquel hombre era galileo; y, al saber que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, lo remitió a Herodes, que se encontraba por entonces en Jerusalén. 
Herodes se alegró mucho de ver a Jesús. Hacía tiempo que tenía ganas de verlo, por lo que oía de él, y esperaba verlo haciendo algún milagro. Le hizo muchas preguntas, pero él no le respondió. Los sumos sacerdotes y los letrados estaban allí, insistiendo en sus acusaciones. Herodes con sus soldados lo trataron con desprecio y burlas, y echándole encima un manto espléndido, lo remitió a Pilato. 
Aquel día Herodes y Pilato que hasta entonces habían estado enemistados, establecieron buenas relaciones. 
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo, y les dijo: ---Me habéis traído a este hombre alegando que agita al pueblo. Mirad, yo lo he examinado en vuestra presencia y no encuentro en este hombre ninguna culpa de las que lo acusáis. Tampoco Herodes, pues me lo ha remitido y resulta que no ha cometido nada que merezca la muerte. Le impondré un castigo y lo dejaré libre...


El lugar de la risa floja, la fiesta y la despreocupación. El lugar de la alegría superficial. El circo en el que todo es etéreo, instantáneo, entretenido. “anda, Jesús, haz un milagrito”, “demuestra tu poder…” Esa corte caprichosa me resulta curiosamente actual...
Es el lugar en el que lo divertido y lo trágico se confunden. Donde lo superficial se come a lo auténtico, y lo frívolo disimula lo atroz. El lugar donde la vida ajena no es más que otro entretenimiento para alimentar un hambre insaciable…



Enséñame a tomar en serio las cosas serias, y a disfrutar con las cosas sencillas. No se trata de no saber disfrutar de la vida, pero sí de aprender a disfrutarla bien… Y no trivializar lo importante, sino respetar y vivir.

ESPEJISMO

Tú eres un espejismo en mi vía.
Tú eres una mentira de agua
y sombra en el desierto. Te miran
mis ojos y no creen en ti.
No estás en mi horizonte, no brillas aunque brilles con una luz de agua...


¡No amarras aunque amarres la vida!...
No llegas aunque llegues, 

no besas aunque beses... 
Reflejo, mentira
de agua tus ojos. 


Ciudad de plata que me miente el prisma, tus ojos... El verde que no existe, la frescura de ninguna brisa,
la palabra de fuego que nadie escribió sobre el muro... ¡Yo mismo proyectado en la noche por mi ensueño, eso tú eres!... 


No brillas aunque brilles... No besa tu beso...
¡Quien te amó sólo amaba cenizas!...

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