Hoy por tanto se cumplen 516 años de su fallecimiento. Desde la comisión “Ysabel la Católica”, que lleva su causa de beatificación, se está haciendo un esfuerzo por divulgar su persona y su vida de cristiana ejemplar.
Es por ello que me permito el atrevimiento de dejaros su oración para pedir por su causa. Parece ser que su proceso está a punto de llegar a feliz término. Os pedimos libremente que aquél que quiera pida por su santidad.
Su vida fue ejemplar en todo, por ello hoy 26 de Noviembre de 2020, queremos dejar el testimonio de algunas personas que la conocieron en vida y que dejaron dicho de palabra cómo fue y cómo vivió.
La carta que envía el Rey Fernando a su primo el Condestable de Castilla, el mismo día del fallecimiento de la Reina Isabel, donde refleja perfectamente el amor que sentía por su esposa . Esta carta se encuentra en el Archivo de Simancas (AGS PR Leg. 70, fol 1, c. Registro)
...E porque la dicha serenísima reyna que santa gloria aya mandó por su testamento que no se truxese por ella xerga, non la tomeys nin trayays nin consyntays que se traya en vuestra tierra e faseldo apregonar en ella porque venga a noticia de todos. Fecha en Medina del Campo a XXVI de noviembre de quinientos e quatro. YO EL REY. Por mandado del Rey administrador e governador, Miguel Péres d’Almazán. Señalada del dotor Angulo e Çapata”
Al igual que esta se enviaron a otros personajes y a todas las ciudades e instituciones. También en otro fondo del mismo archivo está la enviada a la Chancillería de Valladolid en la que el rey añade se proclame como reina a doña Juana.
«Murió tan santa y católicamente como vivió» (el Rey Don Fernando);
«Su vida fue
siempre católica y santa» (Cristóbal Colón);
«Perfecta y
llena de toda virtud y bondad» (Fray Hernando de Talavera, prior del Mº de Prado en Valladolid y su confesor);
«Desaparece
una Reina que no ha de tener semejante en grandeza de alma, pureza de corazón,
religiosidad, justicia para todos igual, etc.». (Cardenal Cisneros, su último confesor.)
“Pura en fe, entera en castidad, profunda en consejo, constante en justicia, llena de real clemencia, humildad y gracia” (Rodrigo de Santaella, teólogo y asceta)
ORACIÓN.
Dios, Señor y Padre
nuestro, que nos has manifestado tu providencia en la elección de tu sierva Isabel como instrumento de tu gloria en la significación cristiana del hombre,
en la exaltación de la fe y su extensión al Nuevo Mundo.
Te damos gracias por
este don sobrenatural de sus virtudes y de su ejemplo permanente desde las
cimas del gobierno de los pueblos para la redención y la salvación de
todos.
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